Dicen que Marcel Proust pagó a algunos periodistas para obtener críticas elogiosas de su novela El camino de Swann. Dicen que incluso se las dictó a su editor, que las copiaba a máquina para ocultar cualquier rastro de su caligrafía.
Esto no es (no pretende ser) una crítica. Solo un puñado de razones para leer Gorda.
«Gorda. Ni rellenita, ni rolliza, ni fuerte, ni robusta, ni fornida… Gorda. Inés era una adolescente como otra cualquiera. Estaba a punto de terminar la Secundaria con más o menos buenas calificaciones. Vivía en un piso más o menos acogedor con una familia más o menos normal. Tenía una madre trabajadora y un padre complaciente. Había estudiado desde siempre en el colegio al lado de su casa. Y después, en el instituto dos manzanas más allá. Tenía una amiga, Marta, desde primero de Primaria. Le gustaba la música, las fotos de rostros y las palabras que no tienen una rima fácil. Inés era una adolescente como otra cualquiera. Pero estaba gorda.»
E Inés es una chica feliz, con ilusiones, con heridas, con miedos que no se nombran y con un límite. El día que su amiga Marta la insulta delante de todo el colegio, ese día… todo cambia. Todo comienza. Un cole nuevo. Un chico guapo. Una chica mala. Profes aburridas, compañeros «aborregados». Todo de lo más normal. Un vagabundo que lee a los clásicos, un viaje en autobús urbano, un accidente, un hospital… La vida de una adolescente gorda y estupenda está llena de aventuras, de retos, de silencios, de gritos desesperados, de monstruos y de luz.
Gorda es una novela que no habla de «estar gordo» (ni delgado, ni de ser alto o bajo, ni guapo ni feo). Gorda es una novela que habla de SER. De ser joven, de tener miedo (o de no tenerlo), de estar enamorada, de ser curiosa, de ser distinta, de ser estupenda.
Gorda es una novela que debéis (podéis, querréis…) leer…
- Porque es de verdad. Porque cada palabra es un espejo de lo que uno siente cuando es joven (aunque no esté gordo) de lo que le asusta, de la inseguridad, de lo que le hace sonreír o llorar sobre la almohada.
- Porque no renuncia a la magia. A pesar de lo cruda que pueda parecer la realidad. A pesar de las aristas y el peso muerto de lo feo… Gorda no renuncia a la belleza, ni a la poesía, ni a la magia de quien mira la vida con ojos hambrientos. Porque tiene (o quiere tener) duende, alma, corazón.
- Porque aunque a veces parezca que no pasa nada… la vida de Inés es un torbellino, una montaña rusa, una peli de espías y una comedia romántica. Todo junto y a la vez.
- Porque yo de mayor quiero ser como Inés y mirarme en el espejo y pensar: soy estupendo. Porque yo de mayor quiero ser como Inés, como Cristina, como Leticia, como Alberto, como Juande, como Óscar, como Belén… y como todos los jóvenes que han pasado junto a mi vida y a los que he tratado de poner torpemente palabras.
- Porque está escrita para ti. Porque te la han recomendado. Porque algunas veces te sientes sola, invisible. Porque te dejas llevar y no te gusta. Porque te sientes distinto y no sabes cómo explicarlo. Porque está escrita para ti, seas quien seas. Porque hace ya tiempo que las palabras se dijeron. Y es hora de que sean escuchadas.