Pepe Trivez

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Referentes

In ¿POR QUÉ LEER...?, de escuela, LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on noviembre 17, 2021 at 8:57 pm

Hoy en Heraldo de Aragón he publicado este pequeño artículo con motivo de la aparición del último libro de relatos de Nando López. Creo firmemente en la importancia de una literatura juvenil de calidad que muestre a los jóvenes TODOS los modelos. Una literatura que de voz a los que no la tienen, que ilumine las zonas oscuras y saque del silencio a los que sufren porque aún no han sido re-conocidos.

“Referentes”

Nando López, un autor imprescindible en “Juvenil” publica su nuevo libro de relatos “Presente imperfecto”

Comenzaré con una confesión: Algunos de mis antiguos alumnos LGTBI cuando la vida nos ha vuelto a cruzar “fuera” del centro escolar me han confiado que nunca, en ningún momento, ni siquiera en las jornadas de educación afectivo-sexual, ni en los planes lectores que con tanto cuidado les proponíamos, nunca… se han sentido identificados, mirados, reconocidos. Y uno que piensa que la educación debería ser justamente eso, re-conocer al otro, reconocer su identidad, ayudarle a tomar decisiones, acompañar, abrir puertas, ventanas… y armarios… no puede dejar de sentir una punzada de tristeza por no haber sido capaz de ofrecer algo tan importante, tan al alcance de “casi” todos, tan necesario: referentes.

Eso es lo que lleva haciendo Nando López en esta última década de propuestas literarias que van desde las adaptaciones teatrales a la más militante de las novelas juveniles. Porque Nando López es como escritor -y no solo- precisamente eso: militante. O, como le oí hace ya muchos años al sociólogo vasco Imanol Zubero: civitante. 

Esta semana publica su énesima obra narrativa: Presente Imperfecto. No es narrativa juvenil. No está específicamente dirigida a los adolescentes pero forma parte de un hilo conductor de toda su obra que es especialmente necesario en nuestras aulas: REFERENTES.

La obra de Nando abarca novelas y obras teatrales “realistas” como Malditos 16 o La edad de la ira o Nadie nos oye, novelas de “aventuras” juveniles como Los nombres del fuego, thrillers trepidantes como La versión de Erik o En las redes del miedo y hasta fantasías distópicas como la reciente trilogía El don de Ariadna

En cada título, en cada historia, encontramos personajes, personas, arquetipos que no son solo eso, sino sobre todo modelos, imágenes, espejos donde cualquier adolescente puede buscar su reflejo, sea cual sea su identidad. Abril, Laia, Joel, Eric, Iris, Mikel, Nelson… jóvenes que conocemos todos aquellos que compartimos aulas hiperventiladas con adolescentes hiperestimulados… pero también Julio, Elías, Álvaro, Olga, Lucía…, adultos que tratan de vivir sus vidas con la mayor de las honestidades posible, con sus más y sus menos, con sus luces y sus sombras, con sus altas aspiraciones y sus miserias. Como cualquier adolescente. Como cualquier ser humano. Porque de eso “trata” la literatura de Nando. De seres humanos que tejen historias, relaciones, destinos. De seres humanos que viven su vida libre, valiente, apasionadamente. 

La literatura tiene una responsabilidad como “modelo”, como reflejo y como propuesta. La literatura -juvenil o no, dónde está la frontera- juega un papel importantísimo en la construcción de la propia identidad. Y por eso cada novela, cada obra de teatro, cada relato de Nando supone una buena noticia y un regalo para tantos y tantos jóvenes que necesitan simplemente eso: referentes.

Poesías para ser FELIZ. Como una perdiz. Begoña Oro y Patri de Pedro

In ¿POR QUÉ LEER...?, LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on mayo 19, 2021 at 2:01 pm

En piedra, papel o en digital: La poesía es LO MÁS. Perdonad el atrevimiento y el juego de palabras con el título de esta sección. Pero no se me ocurre mejor manera de presentar esta joya. Os cuento:

Begoña Oro es una de nuestras autoras de literatura infantil y juvenil más prolíficas, aclamadas y celebradas. Y digo “nuestra” porque es de aquí, de Zaragoza, del parque Roma. Y aunque ahora vive cerca de otro parque (el del Retiro) nunca olvida ni sus calles, ni sus vientos, ni sus ferias (del libro).

Pero al grano: ¿Sabes esos libros que en todas las bibliotecas tienen un lugar reservado, casi siempre en un atril, en el que se exponen (a los ojos y las manos), se muestran, se lucen, se pavonean incluso… esos libros que no importa en qué página estén abiertos porque todas ellas son ventanas a las que los niños (y no tan niños) se asoman sin poder evitarlo?

Hay libros que no soportan estar cerrados. Hay libros que solo pueden tenerse abiertos. Hay libros que se despliegan como si fueran alas. Hay libros que son bibliotecas enteras enciclopedias, colecciones increíbles de palabras que te hacen reír como las cosquillas. Que te hacen llorar como la cebolla, que te hacen emocionarte como un abrazo. En este libro hay poemas para todo y para todos. En este libro hay truco-poemas, listillas, cuentersos, sabihondillas, quejas y guiños de niñas y niños, poemas para hacer otra cosa a la vez, batiburrillas, fabulejas. “Este libro está llenito/ de canciones y poemas./ Se puede leer de golpe/ o también de higos a brevas”. La lista de la compra, la negociación del móvil, pedos y canciones. Divertimentos, piruetas, secretos, frases hechas. Palimpsestos y acrónimos (misteriosos ambos). Viajes enciclopédicos y miradas caleidoscópicas. Relatos y retratos. Ranas, princesas, guisantes, fábulas y chistes, retahílas y canciones populares que resuenan con nuevos versos, juegos de siempre que se leen como nunca. Escondido hay un menú con tus platos favoritos, con la lista de la compra y un ingrediente “maldito” que, como el humor y el ingenio, ha de medirse a cazitos.

Es ¡inacabable! Es ¡inabarcable! Es ¡interminable! Es ¡ingobernable!. Entre Gloria Fuertes y Lorca, Gómez de la Serna y Nesquens, al ladito de Rodari… Begoña Oro y sus poesías tienen un sitio ¡seguro!

Y para rematar… las ilustraciones de Patri de Pedro que son… que son… lo más. Una rana con tirita, una sirena pensante, un cuco de a voz en grito, una hormiga con pendiente, niñas de ojos grandes… Corazones, pompas, guiños, estrellas y mapas varios. Astronautas y princesas, abuelos, madres y nietas. Relojes, brujas, pociones, juegos, lupas y… CANCIONES.

El método CHOF. De Roddy Doyle. Ilustraciones de Brian Ajhar

In ¿POR QUÉ LEER...?, LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on marzo 11, 2021 at 6:45 pm

Una obra de teatro, un poema dadaista, una historia desde muchos puntos de vista (hasta el de unas galletas), una locura, un despropósito, un juego de palabras, unos capítulos ordenados como una “rayuela”, unos personajes ex-céntricos y en-trañables, una fantasía, un salto mortal, un cuento, ¡UNA MARAVILLA! Cualquier cosa que se escriba acerca de “El método Chof” ha de hacerse con signos de admiración.

El método Chof es un “castigo” que las risitas aplican a los adultos cuando no tratan bien a los niños. Si mandan a los niños a la cama sin cenar o les asustan, si no son sinceros con los niños… les aplican el método Chof. ¿Que qué es el método Chof? Eso tendréis que descubrirlo vosotros. Eso y muchas cosas más: galletas aburridas, perros que hablan -pero no en francés-, atajos que pasan por el desierto y la Torre Eiffel, niñas que no saben hablar pero que dicen las cosas más interesantes… ¡Todo un descubrimiento este “método Choff” de Roddy Doyle (por lo visto en Irlanda ya lo conoce todo el mundo, vaya, vaya)!

Uno acaba sin aliento y pasa por esta historia del mismo modo: conteniendo la respiración. Pero no la risa. El humor de Doyle es atrevido, desprejuiciado, transparente. La historia es una road movie a lomos de un perro, una búsqueda del tesoro, una cuenta atrás.

Si necesidad de explicar mucho más de la trama y sin olvidar que las ilustraciones de Brian Ajhar son el complemento (o el suplemento mejor dicho) más apropiado que podría tener esta loca historia… creo que es interesante señalar algunos aspectos que hacen de esta obra creada hace apenas 20 años una candidata a convertirse en un “clásico” de la Literatura Infantil de todos los tiempos:

  1. El humor, el humor y el humor. Tan necesario y tan poco presente en algunas obras para los primeros lectores. Un humor “adulto” pero compartido con los niños. Un humor sin condescendencia. Un humor revuelto, trastornado, apabullante, desternillante, enloquecidamente cuerdo.
  2. El tratamiento de los personajes infantiles. Desde el respeto. Y la admiración. La admiración incluso. Una mirada a los niños sin juicio, sin romanticismo ni compasión. Una mirada única.
  3. Las capas, los niveles, las “lecturas” posibles. Que no son todas sesudas ni profundas pero sí originalísimas y diferentes según la mirada de cada lector. Porque la complejidad en la interpretación reside a veces en la simplicidad de los recursos narrativos. Y Doyle hace de esto un arte.
  4. La “metaliteratura”. El diálogo con el lector (adulto y niño), vamos. Los guiños, las bromas, los pactos, el compromiso que el autor solicita humildemente a sus lectores y que hace de la lectura de esta obra una experiencia que hace estallar los límites de lo convencional, que arroja luz sobre las sombras, que despierta los sueños y otorga a quien se entrega a ella la libertad de imaginar sin límites, de cambiar la historia incluso.
  5. Y por último… una vez más el humor. La ironía en este caso. La de burlarse de sí mismo. ¡Un libro que se burla de sí mismo! La de no tomarse demasiado en serio pero hacer que se disfrute de la aventura muy seriamente.

100.000, 47, 2.371

In LIJ on febrero 2, 2021 at 12:01 am

Hoy 2/2/2021 cumplo 47 años. Ya estoy más cerca de los cincuenta que de los cuarenta. Y me entra morriña y casi me vence la tentación de ponerme nostálgico y mirar hacia atrás…

Además en enero de este ya nuevo 2021 este blog me dio la alegría de alcanzar las 100.000 visitas. Hoy son unas poquicas más. 8 años de reseñas, recomendaciones, algunas reflexiones y mucha mucha lectura.

Ninguna de las cifras anteriores son especialmente relevantes, ni llamativas, ni impresionantes. Ninguna de las cifras anteriores llaman la atención como sí lo hacen los 58.319 (fallecidos solo en España por la COVI) o los 138,8 millones (que cobra al año un afamado futbolista) o los 99 (días que pasamos encerrados el año pasado). Las cifras es lo que tienen; son importantes por lo hay va detrás.

47 AÑOS, 100.000 VISITAS, unas 250 LECTURAS.

En estos tiempos en que las cifras nos marean, nos aturden, nos justifican, nos asustan… En estos tiempos en que las cifras nos desarman y nos caen como una losa… comparto humilde, discreta, suavemente y en bajito, casi en borrador mis cifras y mi alegría (doméstica, incompleta, parcial y pequeñita).

Celebro la vida, las personas que la habitan, las lecturas que, como regalos, aparecen a su hora y en su momento. Celebro cada recomendación que haya encontrado el lector adecuado, cada maestro que haya descubierto algún tesoro escondido en estas páginas (digitales), cada alumno que ha compartido mi pasión por las palabras y me ha insuflado la suya con miradas insospechadas, cada autor que ha puesto su alma y su oficio al servicio de una literatura que, hoy más que nunca, salva vidas (la mía la salvó hace mucho, la sigue salvando). Celebro y repaso cada mensaje, cada comentario, cada hallazgo. Celebro especialmente la LIJ, la literatura escrita para los que quieren crecer con las palabras (o al menos lo intentan), la literatura más difícil y la más hermosa, la que se dirige a un lector en formación (todos lo somos ¿no?) y le ofrece pautas, pistas, intuiciones. Una literatura que no se impone sino que se propone. Una literatura que no se prescribe sino que se ofrece. Una literatura que se hace grande en la incertidumbre, que construye la belleza y que tiene el cuenta al lector como ninguna porque el lector se hace a sí mismo con ella.

Celebro la LIJ y su lectura. Y ahí la última cifra del título de este post. 2371 niños a los que llevaremos lectura a su aula. El último proyecto. Junto a la Fundación SM. Porque más que la «brecha digital» nos preocupa la «brecha de lectura». Porque, con casi 50 palos (como diría el gran Pau Donés) he descubierto que mi vocación es esa: Dar de leer.

PD: Si queréis saber más del proyecto Biblionautas para leer en las aulas: https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2021/01/29/biblionautas-fomento-de-la-lectura-para-los-colegios-mas-desfavorecidos-1417271.html

Y si además queréis colaborar: en este link: https://docs.google.com/forms/d/1U-qaHqaNZk2JnwR-H2hq9j7GugsYbPiK-mcVEEv_4JM/edit

 

«El viaje de Rosa» de Marika Mailjala

In ¿POR QUÉ LEER...?, LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on diciembre 17, 2020 at 5:19 pm

“Rosa corre por la pista. Las patas del galgo golpean el suelo. Rosa corre a toda velocidad”. Rosa es un galgo de carreras, la más veloz en la pista. Pero Rosa… “sueña con bosques, prados y liebres de verdad. Sus patas se mueven en silencio”. Un día se escapa y corre, corre… atraviesa el bosque, la ciudad, el circo, corre en paralelo al tren y en medio del tráfico. Hasta que encuentra un hogar y dos amigos, en un pequeño parque. Ya no es la primera, se detiene a esperar a sus amigos, juega con ellos. Ya no es un galgo de carreras pero ahora le resulta más fácil respirar.

Esta deliciosa historia de la autora finlandesa Marika Mailjala nos descubre el valor transformador, liberador del viaje. En tiempos de limitación de movimientos, de encierro y de aislamiento, este álbum nos hace correr a lomos de quien busca la libertad en lo sencillo: en el juego, en la mirada limpia, en la aceptación de la propia identidad, en el cuidado. 

Querido Papá Noel, queridos Reyes Magos…

In ¿POR QUÉ LEER...?, LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on diciembre 17, 2020 at 5:03 pm

Cuatro recomendaciones publicadas en Heraldo de Aragón para estas Navidades…

Un libro: el mejor regalo.

Querido Papá Noel, queridos Reyes Magos, queridos papás, mamás, tíos, tías, abuelos, abuelas y demás intermediarios… este año todos los niños de mi tierra (los de Huesca y de Teruel como los zaragozanos) no es que se hayan portado bien… es que se han portado ¡de fábula! Nos han encerrado en casa, han clausurado los parques, en el cole nos han “robado” los balones y los abrazos. Nos han robado también los libros, los libros compartidos, los libros encima de la mesa, los libros prestados sin cuarentenas, el aprendizaje cooperativo y los materiales en común… Y sin embargo no nos han robado la sonrisa (bajo las mascarillas) ni las ganas de escuchar historias. No nos han quitado las ganas de leer, ni las ganas de libros. Por eso, desde este rinconcito de nuestro “Escolar” me atrevo a pediros un regalo más. El mejor regalo. Un libro. Ojalá cada niño encuentre el suyo, el que le haga despegar, el que le haga crecer, el que le haga, para siempre, lector.

Os propongo unas cuantas opciones por si os quedáis sin ideas. Son simplemente eso: libros que son regalos.

Para los más pequeños, los que se perdieron las clases de Infantil y de los primeros cursos de Primaria, los que han descubierto la magia de las letras, las palabras y los cuentos a medio camino entre las pantallas y el aula, el salón de casa y la tableta… Para ellos “Un cuento para cada letra” de Carmen Gil y Natascha Rosenberg. Una divertida historia para cada una de las 29 letras que forman ese código secreto y mágico que construye toooodas las historias.

Para los que ya leen solos. Los que se pasaron los meses de encierro mirando sus cuentos una y otra vez, siguiendo la lectura con el dedo, mirando las ilustraciones e inventando nuevos cuentos. Para los que encontraron en la lectura refugio y compañía… una reflexión en forma de cuento, una fotografía de “Los días en casa” de Begoña Oro y Núria Aparicio. Para que no se acabe aquella alegría de balcones, de canciones y de besos arrojados por la ventana. Para que no olvidemos a todos los que pusieron su granito de arena para hacer el con-fin-amiento un comienzo.

Para los que aman las historias. Para los niños grandes y los grandes niños. Para los que aún están dispuestos a jugar con las palabras… “El libro de Gianni Rodari” de la editorial Blackie Books. Versos, cuentos y vida. Cuentos en verso, versos de cuento. Finales inesperados, miradas nuevas. Rodari habría cumplido 100 años este extraño 2020. Y desde la editorial catalana nos regalan sus palabras que son de 10.

 

                               Y para los más jóvenes, los de Secundaria, los que necesitáis historias que os “enganchen” de nuevo. “¿Estás ahí?” de Jorge Gómez-Soto… En medio de esta vida rara que nos ha  tocado vivir… imagina cómo sería recibir un mensaje de tu padre en un chat oculto. Lara hija ¿estás? Nada especialmente raro de no ser porque tu padre murió hace apenas unos días después de una larga y terrible enfermedad. Y la vida sigue. Y los mensajes de un padre “virtual” acompañan a una joven que se enfrenta al amor, al desamor, a la violencia y la toxicidad, al misterio y al abismo de tener que tomar decisiones en la vida.

Querido Papá Noel, queridos Reyes Magos, queridos papás, mamás, tíos, tías, abuelos, abuelas y demás intermediarios…hagan su parte… regalen, regalen LIBROS. 

PD: y si vienen de la librería de barrio, mejor… Si no los encuentran ya saben: https://www.todostuslibros.com/

«El asesino de Alfas» de Patricia García-Rojo. A modo de reseña (que no lo es).

In ¿POR QUÉ LEER...?, LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on noviembre 17, 2020 at 12:16 pm

Patricia García-Rojo es una escritora de premio. Desde que su «Lobo» quedara finalista del Premio Gran Angular en 2013 (con la misma novela se alzaría con el Mandarache en 2016) no ha dejado de atesorar galardones: Con «El mar» consiguió por fin el Gran Angular y con «El secreto de Olga» obtuvo en 2019 el X Premio Anaya de Literatura Infantil. Entretanto ha escrito una saga de género fantástico (los portales de Éndonon), una serie de literatura infantil (la pandilla de la lupa), y un buen puñado de libros de poesía (uno de sus grandes amores, sin duda) que además recoge y comparte generosamente en su blog ridícula calamidad.

En este extraño y ya de por sí distópico 2020 nos ha vuelto a sorprender con «El asesino de Alfas». Una distopía realista, fantasía atravesada de realidad, un universo imaginado que convive con un paisaje vivido, encarnado, real. Málaga, Marbella, Mijas, Fuengirola… la Costa del Sol alberga a dos de las familias «menores» de perceptores que habitan en España. Los perceptores tienen uno de los cinco sentidos desarrollados al máximo: Oído, Gusto, Tacto, Olfato y Táctil… Los Alfa son capaces de abrir todos sus sentidos llevándolos a un nivel de desempeño excepcional. Esto les convierte en seres poderosos capaces de ejercer un vínculo de fidelidad y obediencia que somete al resto de los perceptores. El «reclamo» es un lazo poderoso que puede ser usado para proteger, cuidar, sostener, salvaguardar la familia y su extraordinario modo de vida; o también para someter, influir, sojuzgar y hacer servir a toda esa familia a los intereses y caprichos de su Alfa.

Agrupados pues en familias, los preceptores se organizan jerárquicamente en torno a los más poderosos en dinastías que se esconden en las tinieblas y que sirven cada país al más fuerte de los Alfas: el Monarca. «… forman parte de las esferas más altas de la sociedad (…) sus sombras alcanzan a los gobernantes del mundo entero, a los dueños de las mayores multinacionales. Hubo un tiempo en que las luchas de poder entre perceptores arrastraban a la guerra a los ejércitos humanos como quien juega partidas de ajedrez sobre el mapa del mundo…». Una suerte de club Bilderberg con poderes inimaginados.

Pero en medio de esta opresiva organización o, mejor dicho, al margen de ella, viven algunos Alfas libres: perceptores que han escapado al «reclamo» y tratan de hacer sus propias vidas ocultando su especial condición. Kate y su tío Mateo pertenecen a este reducido grupo, nómada y oculto hasta que un hecho inesperado, el asesinato de un Alfa, desvela su existencia y hace que Kate pase a formar parte -obligada por la fuerza del «reclamo»- de la familia Galán.

A partir de aquí… dos historias -o más- paralelas y complementarias se extienden a lo largo de una novela tejida con hilos invisibles, delicados, agudos y hermosos, profundamente hermosos.

De un lado, Kate es adiestrada como Alfa por Óliver, su captor y mentor, su guía y guardián. En medio de una familia dedicada al banal negocio de la imagen, una familia inoculada en las más exclusivas y superficiales vidas del lujo y el espectáculo… Kate descubrirá la ambigüedad de los vínculos, la infinita paleta de grises que se encuentra entre el blanco y el negro. Un aprendizaje vital. Una iniciación a la vida que revela su verdadera naturaleza. Por eso el personaje, atrapado, «… no puede evitar preguntarse si toda esa visión maniquea de la sociedad de perceptores no es también exagerada. La cabeza de familia solo ha utilizado el reclamo para que Kate no se rebelara. El resto del tiempo lo ha invertido en su felicidad: le ha proporcionado un techo, comida impresionante, entrenamiento, material para realizar sus cuadros (…) la ha aleccionado para que viva como una Alfa, con sus percepciones abiertas, disfrutando de un mundo de estímulos, solo para ella».

La capacidad y la necesidad de vivir al máximo, de abrir los sentidos (y con ellos la mente, el corazón y el alma) a la realidad abrumadora, exhuberante, intensa, generosa y, sobre todo, suya. El resto de tomar la vida en las propias manos, contemplarla, saborearla, exprimir cada segundo, cada pálpito, cada latido, cada olor, cada sabor, cada emoción que estalla, que revienta, que se expande bajo la piel, balo los sentidos afectando a todo lo que somos…

Una metáfora lúcida, brillante, luminosa, acerca de la necesidad de vivir plena, conscientemente. El aprendizaje de Kate es el aprendizaje de todo adolescente adormecido, anestesiado, abrumado por la vida y por estos tiempos trágicos y fríos.

Patricia García-Rojo conoce bien la materia de la que están hechos los sueños, la lana que teje el tapiz de una vida que empieza a ser vivida (la del adolescente, la joven, el joven lleno de temores y hambre por la vida). Patricia conoce bien la materia de la que está hecha la adolescencia y por eso la novela es una invitación, una promesa, una guía de supervivencia: «Tienes que ponerte en paz con tu naturaleza -insiste Óliver mientras conduce de vuelta a casa-. Has aprendido a vivir negando que eres una perceptora, y eso es desolador. El mundo entero se ha hecho para ti, Kate. Eres una Alfa y no hay nada malo en ello. Ya no».

Y de otro lado la libertad, la identidad, la necesaria rebeldía ante el poder. «Tus sentidos están abiertos y eres capaz de percibir todo lo demás, pero eliges concentrarte en lo que permanece». El libre albedrío y la necesidad de pertenencia, la protección del grupo y la intemperie de construir el propio destino, la propia vida. Sin respuestas fáciles, sin atajos. Con la complejidad y la unción que exige esta exploración en las raíces de la libertad, del vínculo, del amor, la familia.

Y todo esto envuelto en una trepidante novela de intriga, espionaje, con ecos de Kill Bill y el la saga de Bourne: persecuciones, combates, apasionados romances, celos, tiernas amistades, apariencia, engaños y misterio. Una novela trazada para ser transitada con la respiración contenida, con las pupilas dilatadas y el corazón en un puño, como quien espera una explosión (como el sonido de un Alfa al morir), con la boca entreabierta y las manos crispadas. Una novela que juega con el lector mostrando y ocultando, apuntando con el dedo y desviando la atención, lanzando hilos azules, rojos, violetas que insinúan historias aún por contar.

Mención aparte merece el papel del arte, de la belleza, en la novela. Un personaje más, un papel protagonista, un instrumento necesario o la única explicación de lo imposible. La protagonista utiliza sus «poderes» para expresarse a través de la pintura, del arte. Pero al mismo tiempo emplea la belleza para comunicarse en clave con su tío Mateo. Un intercambio de mensajes instragrameados a través de detalles mínimos, delicados, ocultos en grandes obras de arte que es, sencillamente, un hallazgo feliz. Así se denomina en la literatura aquellos recursos, imágenes, metáforas… que encuentran nuevas vías de expresión, de emoción, de ilusión. La belleza salva y explica. La belleza comunica y construye complicidades, alberga, alimenta, permite, a pesar de todo, seguir respirando. A los personajes de esta «El asesino de Alfas» y a todos nosotros. Gracias Patricia. Gracias por la belleza.

La versión de Eric. De Nando López. Premio Gran Angular 2020

In ¿POR QUÉ LEER...?, LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on mayo 24, 2020 at 8:15 pm

Un joven entra en una comisaría de madrugada para inculparse de un crimen. Eric tiene 20 años y ha triunfado como actor en la última serie de éxito. Todo amenaza con derrumbarse a su alrededor con esta decisión pero él permanece tranquilo. Mientras a su alrededor, su representante, la  policía y una mediática abogada tratan de ordenar y dar sentido a los acontecimientos en su interior Eric nos va contando (se va contando) su versión. Los momentos, las razones, las casualidades, los hechos que le han llevado hasta esta madrugada en la que su vida parece acabarse. O tal vez, recomenzar. 

Eric es un joven trans. También ha sido y es un niño (joven ahora) con altas capacidades. Su biografía, sus recuerdos, las ausencias y las heridas, las decisiones y sus consecuencias han estado inevitablemente unidas a quien es. 

Y sin embargo, esta no es una novela sobre la identidad. O mejor no lo es sobre el tópico, el cliché, la reducción de las personas trans a su “proceso de cambio”: el morbo y la compasión paternalista a partes iguales, la tolerancia (cómo si hubiera algo que tolerar). No es una novela para “explicar” nada, ni para “justificar” nada. 

Más bien es una novela sobre la necesidad de “poner nombre” de “ponerse nombre”. La fuerza de las palabras, su poder transformador, conformador de la realidad. La necesidad de encontrar “el verdadero nombre de las cosas”, esfuerzo que no cambia la realidad pero sí la hace asumible, abarcable, asimilable. 

De toda historia hay diferentes versiones. La realidad es caleidoscópica y la mirada que la observa transforma lo ocurrido, lo vivido, lo sentido. Por eso en esta novela los personajes viven su propia evolución, la aceptación (o no) de su pasado, el dolor, el rencor, el miedo… de maneras diferentes. Cada una, única e intransferible. Como todo lo auténtico. 

Los personajes de Nando son siempre auténticos: personajes “encarnados”. Son algo (mucho) más que una construcción necesaria para el relato. Son seres autónomos que van dando forma a su propia voz a la largo de novela. Personajes inspirados, habitados, por historias reales en las que el dolor y la luz, la euforia y la pasión, la irrefrenable, la arrolladora fuerza de la vida se impone siempre, con honestidad, sin trampas.

La novela es un thriller. Un thriller juvenil intimista (la denominación es del propio Nando). Y por eso nos atrapa, nos lleva y nos trae, nos envuelve en un vertiginoso recorrido que incluye (más bien se constituye de) saltos al pasado necesarios porque el pasado nos explica, nos construye, nos hace ser lo que somos. La narración mantiene en todo momento la tensión necesaria. Es rápida e intensa. Se acelera por momentos mientras mantiene ocultas algunas claves necesarias para entender lo ocurrido. Juega con el tiempo. Un tiempo que se alarga en la espera de una sala de espera en comisaría, que se precipita en el instante justo de un accidente, un arrebato, un impulso. Y además encara otros temas como el éxito, el triunfo y el fracaso. La banalidad de las relaciones y su hondura. La necesidad de afecto. El sentido de amistad. La aceptación y el rechazo. La diferencia y el acoso. La venganza. No elude siquiera (porque forma parte de la trama y porque forma parte de la realidad adolescente) la sensación de vacío, el sinsentido de la vida, el impulso de dejarse ir y quitarse la vida. Todo ello contado desde las entrañas. A frases cortas y contundentes. Erráticas a veces. Sinceras siempre. Todo ello contado desde la mirada de un joven que trata de hacer lo correcto, de asumir sus actos, su pasado y, sobre todo, de encajar cada pieza y seguir viviendo.

Cuentos por email. Pepe Serrano. «El hipnotizador de zapatos»

In ¿POR QUÉ LEER...?, Estoy leyendo..., LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on abril 27, 2020 at 6:18 pm

Es la primera vez que escribo una reseña de un libro que aún no está publicado. Y, por supuesto, es la primera vez que escribo una reseña de un libro que no está terminado. Pero las circunstancias y la ocasión lo merecen ¡vaya si lo merecen! 

Conocí a Pepe Serrano hablando de su abuelo y de narices… Presentando un libro junto al ilustrador David Guirao en la librería París. Hoy todo eso me produce nostalgia. Una librería, dos autores, un montón de niños y mucha, mucha literatura. Pepe me deslumbró desde el primer momento: por su sentido del humor, por su verbo fácil (que de fácil no tiene nada), por su cadencia en el recitado (¿o era lectura o era una narración?) de cualquier cosa, por hacer que los niños (y los no que no lo somos) nos quedemos literalmente colgados de sus palabras, esperando la siguiente ocurrencia, el siguiente giro, el próximo juego, la última pirueta… Porque así habla (y escribe) Pepe Serrano: como un trapecista, como un malabarista… manteniendo en el aire las palabras muy muy arriba hasta que, cuando parece que se van a caer… acaban de nuevo en sus manos (en nuestros oídos, en nuestros corazones) y nos brota el aplauso y las ganas de pedir “otra, otra, otra”

Pues eso y más es lo que van a encontrar en estos “Cuentos por e-mail”. El proyecto, como tantos, nacido del confinamiento y de la necesidad de mantener a sus alumnos (Pepe es maestro por si no había quedado claro) “enganchados” a la literatura, a las palabras, a la belleza… es también un homenaje al pedagogo, al maestro, al modelo que fue y es Gianni Rodari. Cuando a Pepe Serrano le dé por poner por escrito sus ideas sobre la educación la identificación con Rodari se habrá completado y ya será imposible hablar del uno sin el otro. La imaginación, la fantasía, el respeto reverencial por el niño, el reconocimiento a la inteligencia de los más pequeños, la capacidad de seguir él mismo siendo uno de ellos, de disfrutar del juego (el de palabras, sobre todo) con la convicción de que “esa” es la forma natural de aprender… todo eso ya lo tiene. 

Y para muestra un botón: “El hipnotizador de zapatos”. A mí me ha llegado por wasap. Pero también han hablado de él en el periódico de mi pueblo. Ustedes pueden escucharlo aquí con el permiso (y con la voz) del propio autor. A un montón de niños les habrá llegado por e-mail.

Una genialidad. Un cuento que huele a los hermanos Grimm, que sabe a Andersen y que tiene todos los colores de los mejores cuentos latinoamericanos. En lugar de un zapatero que vive solo y apartado un “hipnotizador de zapatos” que también “Vivía solo (…) muy solo (…) solísimo”… Una descripción que es una genialidad… (otra más)… Da igual si era calvo o si le gustaban los garbanzos, da igual si su color preferido era el azul… “Lo demás da igual… y qué si… y qué… a quién le importa… Lo importante es que hipnotizaba zapatos”. De refilón, de puntillas, a contratiempo e incluso a traición… la imagen del “hipnotizador de zapatos” se nos ha quedado grabada en la mente igual que su curiosa marca de nacimiento.

Enumeraciones necesarias, cadenciosas, musicales, concatenaciones que encierran juegos de palabras, malabares (“poseía es don… dónde va a parar”), frases inconclusas, elipsis maravillosas, frases hechas (y deshechas), rimas internas (zapatos de novia blancos, inmaculados, de tacón, en una caja, blanca, inmaculada, de cartón) y un sinfín (un sincomienzo diría Pepe) de recursos que hacen de cada frase una fiesta, de cada idea un destello como los fuegos artificiales que cuando ya crees que no pueden ser más sorprendentes se abren, se despliegan y te vuelven a dejar boquiabierto. 

Y sigue el cuento (porque lo que cuenta es el cuento): «Zapatos de todo tipo y condición…  zuecos, botas, botines, botones… ¿botones? No ¡botones, no! Los ponía en trance a todos… los del número 42 se le resistían un poco “en especial los del pie izquierdo pues son los más rebeldes e incrédulos”.  Porque Pepe Serrano no se conforma con el ingenio y la sorpresa, porque sus juegos de palabras llevan dentro una semilla, o una bomba, o una punta de lanza, o una mecha… que encienden las ideas, los pensamientos, las reflexiones, las preguntas que, al cabo, es algo mucho mejor que las respuestas.

Una novia que no sabe bailar el vals, un sonámbulo que quiere que sus zapatillas le devuelvan  a la cama, un montón de chavales que quieren ser ases del fútbol gracias a sus botas… “siempre acudía alguien a pedir su ayuda… pero cuando conseguían su objetivo, se marchaban y él volvía a quedarse solo, muy solo, solísimo…” Y aquí el cuento te arranca una lágrima o dos. Porque en el cuento, como en la vida, hay momentos tristes, muy tristes, tristísimos. 

Y llega el giro final. Con naturalidad, con destreza, como un espadachín de película antigua. Sin trucos, sin trampa ni cartón. Porque igual que llega la tristeza… viene la alegría, igual que un día está oscuro al siguiente brilla el sol…igual.. nuestro zapatero-hipnotizador… observaba por la ventana “cómo caía la noche, cómo subía la luna y acariciaba los cordones de sus zapatillas”.

Hasta que un día:

“Se hipnotizó a sí mismo y se dijo: eres listo, eres educado, eres valiente y eres ingenioso…”

Y se dejó barba, y ya no vive solo. Y se mudó a un primero. Y no importa si les parece inverosímil o si hubieran preferido un final “abierto” y posmoderno, o dramático y amargo, o tétrico y oscuro. El caso es que al protagonista de este cuento NO le tocó la lotería pero aprendió a decirse, a nombrarse, a quererse…

Y lo demás… DA IGUAL.

Lilo de Inés Garland. Premio Ala Delta 2019

In LIJ, RECOMENDACIÓN LIJ on julio 1, 2019 at 1:24 pm

De niños y de perros. Dicen que el maestro del suspense Alfred Hitchcock dejo dicho aquello de: “No hagas nunca una película con perros ni con niños ni con Charles Laughton”. Supongo que es un “lugar común” como otro cualquiera. Y estoy seguro de que no afecta a la literatura.

En esta novela infantil, ganadora del XXX Premio Ala Delta de Edelvives la autora argentina Inés Garland hace caso omiso al director británico y plantea una historia en la que la “mirada” (el olfato, mejor) de un perro (Lilo) es capaz de ver más allá que los humanos que rodean a su pequeña dueña Emi que anda sufriendo y que ni “aullando” sería capaz de expresar su dolor.

Lilo es un perro ovejero alemán, mestizo, abandonado y recogido. Un perro con complejo de patitas cortas que se oculta ante la perrita Muriel para no quedar avergonzado. Pero Lilo es también un perro con un gran olfato y con un gran… corazón. El olor a levadura y a limón que se desprende de la niña Emi le hace embarcarse en una aventura para “sanarla”, para hacerla oler a chocolate y felicidad. 

Los perros huelen el miedo, y la tristeza. Los perros ladran y enseñan los dientes cuando tienen miedo. Los perros “sienten” y gracias a sus sentidos ven lo que los humanos no vemos. Los niños lloran encerrados en su cuarto, encerrados en su silencio cuando el dolor llega a través de las pantallas anónimas y crueles. “El miedo tiene olor a levadura. Los perros lo sabemos. El miedo te hace sentir que lo que te da miedo es enorme y vos sos chiquito, y la manera de no sentirte chiquito es enfadarte mucho, porque enfadado pareces más grande”.

Lilo convencerá a sus amigos Lio, Armando y sobre todo Olivertwist para investigar quién está detrás de los mensajes del telefonito que tanto hacen sufrir a Emi. Quién y por qué. Una galería de personajes, caninos y humanos que nos roban el corazón y nos mantienen en vilo hasta el final de la novela:

Olivertwist un perro callejero abandonado tras la muerte de su dueño, un bibliotecario enamorado de una legendaria aviadora. Olivertwist… un perro sueltado. “Suelto, solo, huérfano, separado, carente, desprovisto de dueño, de dueña, de novia, de mujer o hijos. Soltero. Libre. Libre como… Libre como… Libre como…”. El perro de un bibliotecario. 

Y la gata Berenice (como la de la poeta Olga Orozco), una gata celosa y traicionera que se dejara seducir por los versos y que al final será capaz de colaborar, incluso, con los perros…

Y los abuelos de Emi. Ava y Héctor. Dos persona(je)s que te encogen el alma, que te rozan el espíritu y te hacen sentir la ternura y el amor incondicional, torpe, auténtico, real de aquellos que nos quieren, que sufren cuando sufrimos y que sin embargo esperan… que están ahí… Con su amor, con su presencia… Ava con su voz… “Una voz que te envuelve como una manta en invierno y te da calor, y te dan ganas de que te siga hablando porque es como una cama blandita, un rincón tibio donde hacerte un ovillo y dormirte porque sabes que nunca vas a correr peligro mientras esa voz esté cerca.” Héctor con su mesura… “El abuelo Héctor es contagioso. Como él es concentrado y tranquilo, los que se acercan se contagian. También cuenta unos cuentos muy buenos que no se terminan nunca”.

Y en el otro lado una niña distinta, una niña que llora la pérdida de su madre y la ausencia de su padre. Kai. Una chica que sufre mucho, y hace daño a Emi… una chica que “…es un misterio. Sufre mucho. Es oscura tenebrosa, lóbrega, sombría, tormentosa, huracanada”.

Perros que huelen el miedo. Niños que viven, crecen, sienten, sufren, se arrepienten, ríen… junto a sus abuelos. Una historia de niños, perros y abuelos.  Una historia sencilla y hermosa. Donde las palabras (y los olores) esconden aprendizajes y belleza. Donde se mira al dolor de frente y se buscan salidas… donde los niños y las niñas descubrirán que… “-Es horrible estar enfadada. -Estar triste también.”

PD: Aunque están «fuera de concurso»… las ilustraciones de Maite Mutuberria… iluminan el texto. A dos tintas la mayor parte de ellas… salpican de color y de luz (de lucidez más bien) la historia de Inés Garland. Crean metáforas (las sombras del parque, las mariposas que escapan de un vestido, las grietas de una pared), ponen voz, dan aroma a las palabras que ya de por sí estaban llenas de magia… Un acierto, sin duda.

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