Pepe Trivez

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En defensa de una «nueva» EVAU por competencias. Sí, también en lengua y literatura.

In a mano alzada, de escuela, opiniones on noviembre 30, 2022 at 6:15 pm

A propósito de la “Propuesta de acceso a la Universidad” y la petición de retirada de la misma.

Pepe Trivez.

El pasado 27 de julio el Ministerio hizo pública una “Propuesta de prueba de acceso a la Universidad a partir del curso 2023-2024”. En ella, y tras una leve y superficial justificación, se propone un modelo que básicamente apunta a adecuar la prueba al carácter competencial del nuevo currículo, reducir el número de exámenes y tratar de avanzar en la equiparación de estas pruebas en las diferentes Comunidades Autónomas. Todos estos puntos han sido recurrentemente reclamados por alumnos, profesores y especialistas durante décadas.

A continuación se esboza una propuesta de organización de la prueba que coloca las lenguas (la comprensión lectora y la expresión escrita) como instrumentos privilegiados para vehicular una llamada “prueba de madurez” que sirva para determinar el grado de adquisición de las competencias alcanzado por los alumnos. La propuesta es esquemática, secuenciada y claramente provisional. De hecho en el mismo documento se recoge la “creación de grupos de trabajo para establecer estos acuerdos (de diseño y de corrección): CCAA, universidades, institutos de evaluación, etc.”. Este extremo se obvia y se ignora en la lectura que algunos profesores de lenguas o especialistas encargados de la elaboración de las pruebas EVAU hacen del documento del ministerio.

Últimamente hemos conocido un escrito firmado por una decena de estos especialistas en el que piden la retirada de la reforma (entiendo que en realidad de la “propuesta de reforma”) por parte del Ministerio y se cuente con las Comunidades y las Universidades para su elaboración.

Como profesor de lengua en la enseñanza secundaria con más de 20 años de experiencia y profesor asociado al departamento de Didáctica de la Lengua de la Facultad de Educación de Zaragoza he de manifestar mis objeciones a algunas de las razones expuestas en este documento. Mi intención es abrir el foco, aportar la perspectiva de aquellos que creemos que la reforma tanto del currículum en la Educación Secundaria como en la Universidad es necesaria y debe ser ambiciosa y apostar de una vez por todas por la evaluación de competencias (la enseñanza de las mismas de manera prioritaria lleva aprobada al menos en las tres últimas leyes educativas).

La propuesta (que aún está en un estado evidentemente embrionario) de prueba de madurez es, sin duda, mejorable. Pero algunas de las razones que se expresan en su contra son inexactas y otras ignoran, desde mi humilde opinión, la realidad de la enseñanza de las lenguas en nuestro sistema educativo durante las últimas décadas.

Decir que… “esta propuesta esconde una reducción inadmisible de los contenidos que sustentan las competencias, especialmente en el caso de las lenguas, que se limitan a servir como mero instrumento de expresión” es ignorar el “espíritu” de la reforma. La COMPRENSIÓN LECTORA, la interpretación del contenido, de la intención, del sesgo de un conjunto de textos está en la base de la propuesta. Incluir un dossier de textos en torno a un tema (que además estén en diversos idiomas) y evaluar después la capacidad de los alumnos para interpretarlo no me parece que reduzca la lengua a un mero instrumento de expresión (¿comunicación?).

El análisis de las “filtraciones” en estos términos “Constará de veinticinco preguntas, redactadas en las tres lenguas del examen y divididas en dos grupos: preguntas cerradas (es decir, de tipo test) y preguntas semiconstruidas, eufemismo que esconde un simple rellenado de huecos con una palabra o expresión breve. A estas se suman tres preguntas de desarrollo, cuya risible extensión (un párrafo largo o dos párrafos breves) no permitirá, de ninguna manera, evaluar ni la madurez del estudiante ni su expresión escrita.” es de un reduccionismo y de un simplismo impropio de una reflexión fundamentada y sostenida en evidencias y/o teorías contrastadas. El uso de preguntas cerradas, semiconstruidas y de desarrollo aparece en cientos de estudios e investigaciones universitarias y científicas y reducirlas a una caricatura me parece poco adecuado y poco respetuoso con las personas responsables de esta propuesta.

No creo que la valoración y la ponderación de la prueba de lengua en términos cuantitativos y porcentuales en el conjunto de la prueba de acceso sea siquiera un argumento a considerar. No se trata de mantener cuotas ni porcentajes sino de elaborar las pruebas más adecuadas para evaluar (conocer y calificar) el grado de competencia lingüística de nuestros alumnos. Aún así no me resisto a matizar que la capacidad de COMPRENSIÓN lectora que se moviliza para analizar un dossier de textos (pero también otros textos, otras materias e incluso los enunciados de las cuestiones) no puede ser “reducida” a un porcentaje puesto que abarca transversalmente todas las pruebas de EVAU.

Otra de las “críticas” habituales es la supresión de la reflexión gramatical. “De implantarse, este supuesto examen eliminaría, de un plumazo, la reflexión lingüística que se ha desarrollado en las clases de todos los idiomas. Desaparecerían el análisis sintáctico, la descripción de clases de palabras o el análisis morfológico o textual. Más allá del uso de la lengua, la reflexión metalingüística es un poderoso instrumento de desarrollo cognitivo, análogo a la reflexión matemática, y una competencia que el sistema educativo debería cuidar, no suprimir”. Pasando por alto que la reflexión metalingüística no es en ningún caso una “competencia” sino en todo caso un instrumento para… creo que este es uno de los problemas endémicos del papel de la lengua en la Educación Secundaria y el Bachillerato. La reflexión sobre la propia lengua es indudablemente un aspecto relevante en la enseñanza de idiomas pero, durante años ha sido tal su preponderancia sobre otros aspectos de la materia que el esfuerzo de su enseñanza-aprendizaje ha impedido trabajar otros aspectos sobre todo aquellos que tenían que ver con la mejora de la comprensión y la expresión escrita. La fusión de los contenidos de Historia de la Literatura con los aspectos lingüísticos (cuando todos éramos conscientes de que son dos disciplinas con metodologías y epistemologías diferenciadas) agravaba este desequilibrio hasta el punto de que la suma de la puntuación de reflexión lingüística, comentario (lingüístico) e historia de la literatura abarcaba el 80% de la calificación. Sería interesante (e importante) abrir el debate sobre cuáles son los bloques de contenido de la materia (de secundaria) de Lengua y literatura y qué peso deben tener cada uno de ellos para la consecución de la competencia en comunicación lingüística que es, al fin y al cabo, el objetivo de la inclusión de esta materia en la educación secundaria (obligatoria y post-obligatoria). La comprensión y expresión ORAL (completamente desterrada de nuestro sistema de acceso a la Universidad) es, como supongo que constatan los profesores universitarios una urgencia educativa de primer orden. La comprensión y la expresión ESCRITA, lo mismo. Y sin embargo el peso en anteriores pruebas y en el enfoque de los cambios que se iban introduciendo ha sido y es cada vez menor: En UNIZAR se eliminó hace ya un buen número de años “el Comentario crítico” porque era un ejercicio “demasiado subjetivo” para su corrección (de corregir con rúbricas en aquella época ni hablamos).

Tampoco creo que sea acertado cargar contra la eliminación del estudio literario cuando de hecho ha sido una competencia/contenido que ha estado siempre desgajada de la parte lingüística, sujeta a un planteamiento cronológico, memorístico y descriptivo y, al menos en UNIZAR completamente alejada de cualquier análisis textual (la pregunta acerca de los textos de “lectura obligatoria” acabó siendo un repertorio de epígrafes teórico-prácticos que se podían responder sin hacer análisis ninguno de las obras). El enfoque de la LOMLOE en el Estudio Literario hace hincapié en la educación literaria como instrumento para el fomento de la lectura y colaborador imprescindible para la construcción de lectores críticos. Pero nada de eso estaba en las pruebas anteriores y nada de eso se pierde al eliminar la matriz “literatura” de la prueba tal y como estaba.

Por último, creo el documento lanzado a la opinión pública en el que se solicita la retirada de la propuesta ministerial incurre en una manifiesta injusticia al afirmar tajantemente que: “esta propuesta se ha redactado sin oír a las universidades, que realizan las pruebas de acceso, al profesorado de Secundaria, ni a los responsables de las pruebas en las comunidades autónomas. Este procedimiento, por desgracia, es habitual en Educación. También explica muchos de los problemas que sufrimos”. Cierto es que no han contado con los “armonizadores EVAU” de cada una de las materias implicadas pero me consta la participación de expertos en Didáctica de la lengua y de profesores en ejercicio de Enseñanza Secundaria y Bachillerato. Personas con un amplio conocimiento tanto de la materia como de su metodología, de su didáctica.

Recientemente la RAE y la Academia Catalana de las Letras, así como otras instituciones y departamentos de lengua de algunos centros educativos se han manifestado en contra de la reforma ministerial sumándose a los argumentos del citado manifiesto. La oposición (frontal e hiperbólica en algún caso) no ha citado nunca razones didácticas o pedagógicas acerca de cómo y qué debe enseñarse a nuestros alumnos para que sean “competentes” en comunicación lingüística (no perdamos de vista que este es el objetivo del área de lengua en la educación secundaria). Si son o no pertinentes los conocimientos metalingüísticos y de qué manera intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje es algo que la investigación lleva tiempo reflexionando y que debe ser considerado con la seriedad y el rigor que se exige a otros ámbitos. No se trata de si nos parece o no adecuado que sepan identificar elementos morfológicos o sintácticos o si me parece o no que este conocimiento contribuye a la mejora de la competencia comunicativa (los apriorismos y los dogmas acerca de que el conocimiento metalingüístico mejora automáticamente la comprensión o la expresión oral y escrita deberían ser puestos en cuestión y analizados científicamente).

En cualquier caso, me atrevo a lanzar dos reflexiones en torno a la participación en esta (o cualquier propuesta educativa) fruto de mi experiencia como profesor de 2º de Bachillerato: Cualquier propuesta que pretenda cambiar el paradigma (como hace esta reforma educativa) en nuestras disciplinas y, por lo tanto, en su evaluación se encuentra inevitablemente con una oposición y resistencia al cambio que, en algunos casos (en más de los que sería deseable), paraliza una y otra vez cualquier reforma necesaria. Todos llevamos años señalando la necesidad de cambiar el examen de EVAU por no se adecuado a sus fines. Y por otro lado, las propuestas (y las objeciones a las mismas) deberían hacerse siempre teniendo en cuenta los aspectos disciplinares, pedagógicos, didácticos y la experiencia de los docentes en la materia. Sobre esto los profesores especialistas en la materia tienen, evidentemente, una perspectiva privilegiada sobre el contenido de la misma: en este caso la lengua. Pero sería honesto por su parte reconocer que no son expertos en didáctica y que además (en el caso de lengua es más que evidente) la formación de un filólogo o de un matemático no incluye una reflexión acerca de las competencias relacionadas con sus materias que un ciudadano debe ser capaz de desplegar al finalizar la educación obligatoria. Y por supuesto también será necesario tener en cuenta el marco legislativo (en este caso la LOMLOE) y el espíritu del mismo que pretende un cambio, sin duda, necesario en nuestro sistema educativo.

Mis pequeños propósitos de (auto) cuidados

In a mano alzada, personal on noviembre 17, 2021 at 9:01 pm

Después de un día largo de trabajo, de clases y correcciones, de tutorías y gestiones, de programaciones y documentos… hoy hemos tenido un encuentro de profesores para hablar de “salud mental”, de cuidados, de prioridades, de personas.

He tratado de escuchar con atención plena y he hablado (de más, como siempre) con el corazón en la mano, con vehemencia, convicción y sin filtro. He tratado de mirar, de mirarnos a todos, de re-conocer a mis compañeros, de escucharles, de atender a sus palabras y a las emociones que se expresan con silencios, con digresiones, con ejemplos o simplemente con miradas. 

Hemos puesto sobre la mesa (o sobre el pupitre, mejor) nuestra preocupación sincera, nuestra conmoción, nuestro temor y temblor ante el dolor de algunos de nuestros alumnos, ante la tristeza y la depresión, la ansiedad y el miedo… todo eso que siempre ha estado ahí y que la pandemia ha sacado (para mal y para bien) a la luz. 

Al final, como siempre, A. nos ha invitado a poner peldaños, poco a poco. Y después de escuchar “lo posible” y “lo improbable” me he sentado a escribir estos pequeños propósitos de (auto) cuidados.

Ponerme a escribir es cuidar, es cuidarme. Es cuidar las palabras que a veces salen a borbotones de mi boca y resultan más espinas que bálsamo, balas que ladrillos. Es elegirlas con cuidado, es recordar que las palabras no son inocentes y que tengo la capacidad (y la responsabilidad) de usarlas como puente, como puerta, como salvavidas.

Recoger a M. de Baloncesto, escuchar que Gonzalo y Fernando se han pegado en el patio, que en Alemán le han puesto un negativo por olvidarse (otra vez) de hacer los deberes, escucharle rapear en su habitación mientras “lucha” contra la pereza que le da “ponerse” otra vez con más deberes. Dejar este artículo a medias y sentarme con él a hacerlos.

Esperar a que A. vuelva de cuidar a sus padres, preparar la cena, charlar un poco los tres juntos. Mirarlos a los dos. Verlos reñir y quererse como solo pueden hacerlo madre e hijo. Disfrutar de ese momento.

No pensar demasiado. No mirar el correo. No atender mensajes. No responder inmediatamente a ningún requerimiento que venga a través de las pantallas. Hacerlo en cambio con los que vienen cara a cara. 

Apuntar todo lo pendiente en la agenda. Y cerrarla. 

Dejar que la cabeza y el corazón también descansen. 

Leer un ratito mientras M. mira la tele y A. consulta (por primera vez en todo el día) las noticias de aquí y de allá (y de Cádiz).

No quedarme en los detalles irritantes, en la palabra fuera de tono, en el escepticismo, en la ironía o en las reacciones desabridas. No fijarme en la piedra en el zapato. Disfrutar el camino. 

Pensar y repensar lo vivido. Dejarlo reposar. Sin moverlo. Dejar que los posos se queden en el fondo y la superficie se vuelva transparente. 

Olvidar (o al menos intentarlo) los desplantes, las miserias, las torpezas. Recordar las miradas, las risas, la complicidad de mis compañeros, de mis alumnos, de M., de A..

Olvidar (o al menos intentarlo) las grandes empresas, los grandes proyectos, los resultados espectaculares y vistosos. Recordar que lo mejor que tengo para compartir (con mis alumnos, con mis compañeros, con los “másmíos”) es mi tiempo. Hacer que ese tiempo sea SIEMPRE de calidad. Sin la cabeza en otra parte, sin la mirada de reojo al reloj de la pared. Hacer que ese tiempo, lento, pausado, consciente y dedicado sea el primer paso para cuidar, para cuidarme, para cuidarnos.

Cursos modulares de POSGRADO en Bibliotecas Escolares

In a mano alzada, de escuela, opiniones on octubre 24, 2021 at 12:50 pm

Aprovechando que hoy es el #Díadelabiblioteca comparto este proyecto que tanta ilusión (y trabajo) nos ha llevado… Desde la Fundación SM y la Facultad de Educación de la UNED comenzamos el curso pasado los cursos de posgrado en BIBLIOTECAS ESCOLARES.

Con los títulos de Experto Universitario en Bibliotecas Escolares y Especialista Universitario en BE hemos querido aportar nuestro granito de arena a una formación sistemática y completa de todos aquellos que creen en la biblioteca escolar como motor del cambio en la escuela y que participan (o quieren hacerlo) del inmenso trabajo que estas realizan en pro de la lectura, el acceso a la información y la igualdad de oportunidades…

Mi mejor felicitación para este «nuestrodía» es esta: www.bibliotecasescolaresuned.com

¡Hay plazas hasta el 30 de noviembre!

¡Feliz día de las bibliotecas!

Volvamos a las bibliotecas (escolares)

In a mano alzada, de escuela, opiniones on octubre 24, 2021 at 12:04 pm

Con motivo del #díadelasbibliotecas @literaturasm me pidió un texto acerca de las bibliotecas escolares. Aquí está… y un pequeño vídeo que nos recuerda la importancia de «Volver a las bibliotecas (escolares)»

El curso pasado todo comenzó lleno de incertidumbre, precauciones, planes de contingencia y mucho miedo a que en cualquier momento las aulas volvieran a cerrarse y los alumnos fueran de nuevo confinados. Gel hidroalcohólico, mascarillas quirúrgicas, señalética, entradas y salidas escalonadas, clases semipresenciales y la tan necesaria (y temida y sufrida) distancia social. Más de 2 metros entre pupitres, más de 1,5 m, mascarilla y ventilación, siempre. 

Las aulas comunes, los espacios de encuentro y comunicación, los lugares de convivencia y comunidad fueron los primeros en caer y los que más sufrieron las consecuencias de unas medidas necesarias, sin duda, pero no inocentes ni inocuas. Los patios de recreo fragmentados, los espacios circunscritos a los famosos grupos burbuja, nada de balones, ni juguetes, ni materiales compartidos. Ni libros, claro. La sala de música, el comedor, el salón de actos, el teatro y, por supuesto, la BIBLIOTECA se convirtieron en aulas donde mantener la separación necesaria.

Algunos centros, pocos, se resistieron y mantuvieron las bibliotecas abiertas aunque con los libros secuestrados por cuarentenas de 15 días, préstamos imposibles y la prohibición de compartirlos.

Lo común, lo compartido, lo “prestado”, lo ofrecido… quedó relegado en pro de una necesaria “individualización sanitaria”.

Las bibliotecas escolares -siempre luchando por abrirse un hueco en el corazón de los centros escolares- sufrieron y mucho. Atadas de pies y manos, ocupadas, sustituidas, cerradas. 

Algunos, muchos centros, se reinventaron haciendo del espacio de la biblioteca un refugio, un motor, un reducto del valor del encuentro y lo colectivo. Y, con toda la prudencia del mundo y respetando en cada momento las medidas recomendadas, trataron de mantener las actividades propias de la biblioteca: animar la lectura, ofrecer conocimientos, ayudar a filtrar la información, potenciar el cambio y construir comunidad. 

Los libros viajaron a las aulas en maletas viajeras confinadas. Las actividades se volcaron muchas veces en las redes, las recomendaciones surcaron las ondas de las radios de muchos coles y las publicaciones de instragram se llenaron de libros e imaginación.

Este nuevo curso 21-22 las medidas se han relajado. Hoy sabemos que el virus no se transmite apenas por las superficies y ni mucho menos por los libros. 

Con toda  la prudencia y las medidas de aforo y limpieza necesarias es hora ya de que ¡VOLVAMOS A LAS BIBLIOTECAS! 

Ojalá este paréntesis sirva para volver a la biblioteca escolar con entusiasmo y creatividad, con la intención decidida de sacar todo el el partido a este recurso que para muchos es el verdadero corazón de la escuela. 

Volvamos pues a las bibliotecas, a la lectura, a la investigación, a la intimidad del libro y el niño en una alfombra y a la experiencia común y comunitaria de escuchar un cuento juntos y en voz alta. Volvamos a los encuentros con autores cara a cara (sin pantallas por medio), a las lecturas compartidas, a las páginas gastadas y a las cubiertas destrozadas de los libros más prestados (siempre, siempre, fruto del boca-oreja con o sin mascarilla de nuestros alumnos). 

Volvamos a los proyectos valientes e innovadores centrados en el alumno, su curiosidad, su capacidad de aprendizaje, la cooperación entre iguales. 

Volvamos a los clubes de lectura, de alumnos, profesores, familias, personal de los centros.

Volvamos a los talleres de escritura, a escribir como lectores, a las propuestas y las celebraciones. A los #díasde… y las efemérides.

Volvamos a seleccionar lecturas para los proyectos de profes y alumnos, a buscar información, a construir dosieres… a programas de radio y a la promoción de la cultura dentro y fuera de las aulas. 

Volvamos, con más fuerza si cabe, a la alfabetización informacional, a las dinámicas contra las fakenews y a los programas para acompañar a los alumnos en la selección, uso y gestión de la información. 

Volvamos a los proyectos de investigación y a los recitados de poesía, a los préstamos en los recreos y a los apadrinamientos lectores, a los juegos de mesa y los talleres de robótica entre libros. 

Volvamos a todo lo que ya veníamos haciendo y a todo lo que queda por hacer.

Volvamos a ocupar las bibliotecas de las escuelas. Hoy más que nunca. 

Porque la brecha educativa es la brecha de la lectura y el acceso a información de calidad. Porque de eso, las bibliotecas sabemos y hemos sabido siempre muchísimo. Porque queremos (volver a) ser el centro de cada centro. Ofrecer todo a todos. Facilitar, inspirar, unir, compartir… Porque esa es nuestra razón de ser. Así que hoy #díadelabiblioteca ¡volvamos a las bibliotecas y llenémoslas de sueños, de proyectos, de vida!

De «Merlí» a «Hit». La segunda ola de «Al salir de clase»

In a mano alzada on septiembre 30, 2020 at 7:10 pm

El pasado lunes 21 de septiembre RTVE estrenaba, en eso que llaman Primetime, su nueva serie ambientada en las aulas. Nada más oportuno, más pertinente, en esta extraña “vuelta al cole”. Tras semanas de promoción y pases de un trailer vertiginoso y oscuro con cierta estética “gamer”, al fin llegó el primer capítulo titulado reveladoramente: “La infección”

Un colegio privado, inspirado en “modernas y humanistas” teorías pedagógicas, está al borde del desastre por las conductas vandálicas de algunos de sus alumnos más significados: el virus. La metáfora, provocadora sin duda a ojos de guionistas e intérpretes de la serie, es cuando menos desafortunada: los malos alumnos están enfermos, enfermos de violencia, enfermos de indisciplina, enfermos de todo lo que (tópico tras tópico) los jóvenes sin una férrea autoridad y normas rígidas pueden llegar a ser.

El protagonista es un “experto” en conflictos escolares, al estilo de “Hermano mayor” (ese que fue durante apenas unos días director general de juventud de la Comunidad de Madrid), con un pasado oscuro, pecados que purgar y una violencia verbal que pretende ser inspiradora. El contexto: varios coches quemados, agresiones entre alumnos, burlas y amenazas a profesores, desobediencia, conductas extremas, falsedad, violencia.. Todos (y los peores) los males del “fallido” sistema educativo español recogidos en un solo capítulo de apenas 40 minutos. El mismo actor intérprete del profesor-coach-pseudoterapeuta, Daniel Grao, confesaba que, aunque inspirados en hechos reales, los sucesos presentados en “Hit” no se daban en un solo instituto de nuestro país. Una licencia narrativa. Exigencias de la ficción. 

Cuando hace casi 25 años comencé a dar clase… otra serie adolescente irrumpía en la -por entonces tranquila- realidad escolar haciendo que nuestros alumnos se miraran en Kim, Valle y la panda. “Compañeros” (1998)  supuso la madurez de las series escolares. Un año antes le había precedido “Al salir de clase” (1997). Mis “compañeros” de profesión (mayores y jóvenes) despellejaron aquella serie en cada café y descanso de la sala de profesores. “¡Que poco conocen la realidad de las aulas! ¡Qué exageración! ¡Alumnos que se pasan mas tiempo en el pasillo que en las clases.. todo el día enamorándose, desmoronándose, confesando su homosexualidad o dejándose tentar por las drogas…! ¡Sexo fácil y fiestas constantes…! ¡Qué poco realista!” (y que cercano a lo que todos recordamos de nuestra adolescencia ¿no?). Recién estrenado como profesor de literatura les explicaba a mis alumnos las diferencias entre ficción y realidad y la necesidad de seleccionar aquellos hechos relevantes para el relato. Mis alumnos me entendían (creo). Mis compañeros no siempre, no todos.

Las series juveniles reflejan la realidad pero también la reconstruyen, la inventan, la re-crean. Es legítimo. Incluso necesario. Las ficciones sobre la escuela oscilan entre la idealización y la instrumentalización de tópicos, excepciones, casos extremos… Tal vez toda la literatura, todas las ficciones lo hagan. 

En esta última propuesta, sin embargo, TVE trata de ir más lejos y da una vuelta de tuerca a la ficción juvenil acompañándola de un debate posterior. No al estilo de aquella legendaria (y tal vez anticuada) “La Clave” sino en el más puro formato televisivo de “granhermano”, “laisladelastentaciones” o “supervivientes,eldebate”. Los jóvenes actores y actrices protagonistas de la serie, tres alumnas de instituto (excelentes, lúcidas, honestas), Manuel Vilas y María Galiana, una docente de un sindicato de profesores… y una presentadora tratando de crear polémica, de “animar” el debate, de dramatizar, criminalizar y victimizar a nuestros adolescentes y a nuestro sistema educativo. Ignorando las reflexiones valientes, honestas, esperanzadoras, llenas de confianza, empatía, vocación y fe en el ser humano y en nuestros jóvenes que el novelista de Barbastro y la actriz sevillana (ambos profesores durante un buen puñado de años), algún otro magnífico profesor invitado y, por supuesto, los alumnos invitados declaraban con muy poco eco. 

Al mismo tiempo que se produce este estreno, que se anuncia la vuelta a las parrillas televisivas de “Física o Química” y se mantiene el éxito en las televisiones de pago de series como “Élite”, Aragón Televisión programó desde abril la redifusión de “Merlí”, una serie catalana en la que un personaje “provocador y carismático” que introducía temas que afectan a los alumnos (y a los adultos) a través de la filosofía y los filósofos. Sus “peripatéticos” (sus alumnos) acaban rindiéndose a su ironía, su gran corazón, su compromiso y su implicación en los problemas reales de los adolescentes. Muchos profesores nos miramos y envidiamos las ocurrencias del personaje interpretado por Francesc Orella y quisimos ser algo parecido a un profesor “verdaderamente inspirador”.  Otro “tipo” de serie de instituto. Una ficción donde a partir de “problemas y situaciones reales” se ahondaba en el verdadero sentido de la educación, en la importancia de las relaciones humanas y en la capacidad de un docente de transformar el mundo desde su aula.

De la misma manera permítanme terminar con dos propuestas que no son “series” de televisión pero que muestran “otra mirada” hacia nuestros niños y adolescentes, hacia nuestros alumnos. Una mirada confiada, una mirada amable y llena de ternura y de verdad. Una mirada también crítica y valiente que no esconde los problema pero que tampoco los amplifica. Por un lado no puedo dejar de recordar (alguna escena de “Hit” como las sillas en círculo del gimnasio me la trajo a la memoria) la fantástica obra teatral de Nando López, “Malditos 16” (estuvo disponible en la red durante el confinamiento de forma gratuita). Una dramatización en la que unos jóvenes que han pasado por terapia “regresan” al centro donde estuvieron internados para ayudar a otros jóvenes en su misma situación: cuestiones de identidad, abuso, agresividad… y todas con el ingrediente común de haberse acercado a la realidad del suicidio. El dramaturgo Nando López conoce bien esta realidad en su condición de docente, escritor de Literatura Juvenil y voluntario en el hospital Niño Jesús de Madrid con jóvenes en tratamiento.

Y por último, la recién estrenada, “Uno para todos” dirigida por el realizador David Ilundain y protagonizada por David Verdaguer y Ana Labordeta entre otros. Una película también “basada en hechos reales” en la que un joven profesor interino llega a un pueblo desconocido para asumir una tutoría de 6º de Primaria y ha de enfrentarse a la vuelta de un alumno enfermo al aula al que todos sus compañeros rechazan. Una historia -la real y la ficción- en la que serán los alumnos y en especial “un alumno” el que enseñará muchas cosas al docente y le descubrirá que no dejar atrás a ningún alumno hace que todos avancen.

 

Seguiré aplaudiendo

In a mano alzada, opiniones, personal on mayo 18, 2020 at 9:15 am

El domingo salimos por última vez a los balcones a aplaudir. Marcos, Asun y yo. Los tres. Durante 50 días hemos detenido las tareas, los juegos, las series, el trabajo, la lectura… cada día a las 19:58 para salir y homenajear a los que tanto tanto han dado en estos tiempos difíciles. Arancha, mi cuñada, ha sido un ángel en la UCI para muchos cuando todos nos sentíamos encogidos por el miedo. Y por eso, cada día, sin falta, aplaudíamos en silencio.

Y ahora que todos nos “des-confinamos”, que andamos de “des-escalada”, que poco a poco nos disolvemos de nuevo en el interior de nuestras casas… quiero hacer un voto solemne, una promesa a mí mismo, un propósito, una declaración de intenciones, un contrato vinculante: Yo, seguiré aplaudiendo.

Seguiré aplaudiendo a los sanitarios que lo han dado todo, sin esconderse, sin reblar, sin ponerse de perfil. Seguiré aplaudiendo a los que, conscientes del peligro más que nadie probablemente, se enfrentaban largas jornadas sin condiciones al desconcierto, al miedo, a la improvisación. A los que han contenido esta pandemia y a los que siguen haciéndole frente, en silencio, sin hacer ruido.

Seguiré aplaudiendo a todos los que han sacado lo mejor de sí mismos en momentos duros, ásperos. A los que en lugar de encerrarse en su cómoda intimidad han salido a los balcones, a las redes, a la “plaza pública”… para compartir su arte, su música, sus recursos, su esperanza. 

Seguiré aplaudiendo a los que han sido capaces de aplazar la crítica y han arrimado el hombro. A los que aun sabiendo que no todo es perfecto han hecho “lo mejor posible” en cada gesto, incluso en el más sencillo. A los que se quedaron en casa. Y a los que no lo hicieron para atender a los demás, para cuidar, para proteger.

Seguiré aplaudiendo a los que han afrontado el reto, día a día. A los políticos honestos que han procurado adoptar las medidas necesarias. A los funcionarios, técnicos, científicos que han puesto su saber (y su ignorancia) al servicio del bien común, exponiéndose a la crítica, a veces salvaje e irracional, asumiendo responsabilidades.

Seguiré aplaudiendo a todos los que querido ver lo bueno, a todos los que han tratado de ver en el desastre una oportunidad, a los que siguen luchando (y lo seguirán haciendo) porque de la crisis salgamos más fuertes, más conscientes, más solidarios, más humanos, mejores. Sin que nadie quede atrás. 

A partir del lunes, aunque no salga al balcón con mi familia, yo… seguiré aplaudiendo.

Una (pequeña) lección de pedagogía

In a mano alzada, de escuela, opiniones, personal on noviembre 26, 2019 at 4:15 pm

El trabajo en una Biblioteca Escolar tiene momentos inolvidables que iluminan no solo el trabajo sino la vida de cualquier docente. Hoy en la sala de silencio he podido disfrutar de una «lección de pedagogía». Kuki, una profe y maestra ha invadido la sala mientras sus alumnos de Historia de Primero de Bachillerato leían en la sala contigua… Ha ido llamando a sus alumnos uno a uno para comentar los resultados de la primera evaluación. Nada que no haya visto o escuchado antes. Sin embargo, he tenido la oportunidad de ser testigo de cómo la «relación» con los alumnos, el análisis riguroso, la empatía, la hondura y la profesionalidad pueden dar luz y sentido al proceso de enseñanza aprendizaje… He sido testigo de una (pequeña gran) lección de pedagogía.

Lo escribo para no olvidarme. Lo escribo para aprender y para recordar lo aprendido.

He visto como una profesora de Historia… hacía todo esto:

Preguntar. (y ESCUCHAR). Dejar que los alumnos lleguen a sus propias conclusiones, que señalen sus errores y hagan una valoración de su esfuerzo. Ayudarles a hacerse conscientes de sus límites y, sobre todo, de sus posibilidades.

Analizar. Con rigor, con cariño, con ternura y vigor… Señalar los errores sin regodearse en ellos, destacar los aciertos con entusiasmo. Ser exigente y cariñosa al mismo tiempo. Pedirles rigor, claridad, buen comportamiento, implicación…

Animar. A cada uno en aquello que se intuye que flojea, a cada cual según su forma de ser… Sonriendo al huraño y poniéndose seria ante el superficial… Haciendo del momento de la evaluación un momento para aprender, para tomar fuerzas, para re-armarse.

Acompañar. En el (apasionante) proceso de aprender. Acompañar con delicadeza. Sugerir sin forzar (¿te ayudaría llevar un cuaderno? ¿y si usas un bolígrafo más fino para que la letra sea más clara?). Re-leer el trabajo realizado y ayudar a comprender lo vivido.

Acordar. Arrancar compromisos, provocarlos de forma natural, dejar que sean ellos los que se marquen objetivos, sean ambiciosos y se hagan propuestas y propósitos de mejora.

Proyectar. Lanzar hacia el futuro las (buenas) intenciones y los deseos de sus alumnos. Proponer medidas, cambios… marcar el camino, servir de brújula, orientar.

y CONFIAR. Al final y a todos y a cada uno de sus alumnos -sean cuales sean sus resultados- la misma frase: «…confío en las personas, en su capacidad para mejorar, para progresar, para hacer mejor las cosas… CONFÍO EN TI, y estoy deseando ver hasta dónde puedes llegar…».

Autopublicación SÍ Autopublicación NO

In a mano alzada, LIJ, opiniones, personal on marzo 22, 2018 at 6:15 pm

Lo reconozco. No lo tengo claro.

En muchos foros he escuchado razones a favor y en contra de la autopublicación (y autoedición) de literatura infantil y juvenil (y de la «otra»). Durante mucho tiempo he dejado mi juicio en «suspenso». He leído (y reseñado) autores que habían comenzado su obra desde la «autoedición» (véase PORQUÉ LEER «Invisible») y me han resultado de tanta calidad y con tanto valor como aquellos que habían empleado los medios «tradicionales» para dar a conocer tus obras. También he leído obras publicadas en papel que no merecerían (a mi juicio) haber llegado a los canales de distribución. Y viceversa. En todo esto también siempre hay un viceversa.

Conozco de primera mano la labor de muchos editores (de grandes y consagradas editoriales y de pequeños y alternativos proyectos editoriales) y valoro sin lugar a dudas y sin ambages la labor de edición: el criterio, el rigor, la experiencia, el filtro que supone la edición de un texto lo hacen sin duda (casi siempre) una obra mejor.

Conozco también (y a veces me lamento y otras me congratulo) la gran cantidad de libros que se publican al año, sobre todo en el ámbito de la LIJ. Probablemente no hacen falta más.

Y ¿por qué entonces esta reflexión?

Pues porque como cada crítico que se precie, cada editor, cada profe de literatura (nótese la ironía, por favor) mi corazón (y el cajón de mi escritorio) esconde algunas historias que no han encontrado eco en las editoriales tradicionales. Y sin más pretensión que dar a leer aquello que un día me dio por escribir… he decidido AUTOEDITARME o AUTOPUBLICARME… En fin. Poner a disposición de quien quiera leerla una novelita que escribí más con las entrañas que con la cabeza o el talento…

Sin entrar en polémicas. Sin resolver mis dudas. Ahí lo dejo. Por si alguien lo aprovecha. O lo disfruta. O las dos cosas. O ninguna.

 

Podéis leer y descargar la novela aquí: https://www.casadellibro.com/ebook-gorda-ebook/9788483267622/6355952

O en Amazon (de pago, no admite descarga gratuita) aquí: https://www.amazon.es/dp/B07BNGZMQ4/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1521817300&sr=8-1&keywords=gorda+pepe+trivez

 

16 blogs educativos aragoneses -que molan mucho-

In a mano alzada, de escuela on noviembre 23, 2017 at 5:30 pm

Además de los libros, nuestra otra gran pasión en la BBLTK es la educación. Por eso no pudimos resistirnos cuando desde Heraldo Escolar nos propusieron hacer una recopilación de nuestros blogs educativos preferidos de aquí, de nuestra tierra, de Aragón… Es muchísimo el talento de las maestras y los profes de nuestra tierra y esta es solo «una selección»… Ojalá os guste y os dé muchas ideas…

 

Escuela de fantasía de Gianni Rodari (by Blackiebooks)

In a mano alzada, de escuela, Estoy leyendo..., RECOMENDACIÓN LIJ on septiembre 18, 2017 at 7:10 pm

En los años 70 y 80 del siglo pasado todo el mundo parecía haber llegado al mismo diagnóstico en el análisis de los distintos sistemas educativos: la escuela estaba en crisis, el paradigma estaba agotado y soplaban tiempos de cambio. Todo el mundo hablaba de innovación… ¿nos suena?

En ese contexto Gianni Rodari, el genial maestro piamontés, escribió algunas de sus reflexiones más comprometidas, más lúcidas, más estremecedoramente actuales y vigentes. El mago de las palabras, el autor de la Gramática de la fantasía, tuvo siempre una mirada sin prejuicios, afilada y honesta hacia el mundo de la educación. Hoy su sinceridad, su simplicidad, su compromiso y su contundencia nos colocan frente a un espejo y nos empujan hacia el futuro ¿se puede pedir más?

El libro es una antología. El equipo de BlackieBooks ya ha demostrado con creces que son editores de “tomo y lomo”. Investigan, escarban, seleccionan, disponen, pulen, abrillantan, contextualizan y enmarcan… Colocan como quien no quiere la cosa una ilustración en la cubierta de Bruno Munari (el autor de los prelibri) y… editan “como si escribieran a mano”, como artesanos de la palabra y la literatura. El resultado: un regalo que implica un compromiso: sin condescendencia, sin complacencia, con espíritu crítico y devoción por la belleza y la imaginación.

Así nace este libro dibujado por los editores como un tríptico: Tres tablas que se completan y se iluminan, que se alimentan y se cuestionan, que abren interrogantes, cuestionan certezas y ofrecen dudas… y esperanzas. Lee el resto de esta entrada »

Poesía, que algo queda

Un lugar para compartir... versos.

MARIA M.MIGUEZ

Observaciones del Arte y la Literatura

Estremeceme

La droga que tú consumes coloca corazones en su sitio

Protocolarte

Comunicación, educación y protocolo...sin pausa pero sin prisa

ENTRE LA SOLEDAD Y EL APLAUSO... ESCRIBO

Soy un reflejo de mis historias, si no escribiera sería una sombra de mi misma

cuadernosdetodo

El blog de Paula Figols

La invitació a la lectura

Pàgina personal de Jaume Centelles

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