Aunque con flecos y «pendientes» el verano, al fin, ha llegado hasta aquí. Ha sido un curso de MUCHAS lecturas, muchos descubrimientos y algunas sorpresas… El volumen de lecturas me ha impedido comentar algunas de ellas como me hubiera gustado, lecturas que se quedan dentro, lecturas que te abren en canal y te atraviesan como la hoja de un cuchillo. De esas, muchas.
Espero, sin embargo, que las «razones» para leer, y para leer LIJ, hayan sido útiles o, al menos, provocadoras.
Este verano me quedo enredado en lecturas para el Máster en Lectura que me ha tenido ocupado durante todo el año.
Re-leo a Teixidor y Gabilondo, me sumerjo en Geneviève Patte y le abro la puerta a Petit… Veremos.
Y de regalo algunas lecturas.
Los cuentos completos de Roald Dahl editados por Alfaguara. Por su aniversario y porque sí. Ordenados cronológicamente me dejo llevar por la existencia de este mago de las palabras… desde las batallas aéreas en la RAF hasta su dolor y su perplejidad ante el mundo…
Dos «quijotes«. El de la RAE pensado para escolares y adaptado por Arturo Pérez Reverte y la aventura sin igual de Trapiello «poniendo al día» el texto de Cervantes. Otro aniversario.
Sobre educación: Leer en el centro escolar, de Zayas y Lluch (para seguir «en onda») y Educar en la gratitud (dejándome sorprender).
Una novela gráfica: María y yo de María y Miguel Gallardo. Para entender lo diferente, para abrir los ojos, para mirar con ternura y aprender, aprender mucho. Y el documental de Félix Fernández de Castro…
Y por último, de momento, Instrumental de Rodhes. Tomado de las estanterías con cuidado, con el temblor y la intuición de estar a punto de abrir «otra caja de Pandora». Veremos.
Y de momento es todo… Me retiro hasta septiembre. Felices vacaciones y ¡felices lecturas!