Cuando un autor regresa al territorio de ficción donde se siente realmente cómodo… se nota. Cuando un escritor disfruta tejiendo una trama adictiva y oscura, cuando paladea cada nueva escena, cuando despliega un manto de palabras que arropan una historia que verdaderamente quería contar… se nota.
David Lozano realiza –de nuevo- una labor de documentación que se intuye placentera y reveladora. Se sumerge en la los tiempos más oscuros de la Inquisición. Tiempos de sospecha y persecución. Tiempos de tortura y ambiciones espurias. Tiempos también de amor cortés y versos. Tiempos de nobleza y lances de espada. Lo adereza de su habitual ritmo narrativo y lo empapa de una ambientación cuidada y justa –ni insuficiente ni excesiva-.
David nos regala una novela que lejos de dar respuestas fáciles se detiene en las preguntas e invita a una lectura en distintos planos… Una novela que hay que leer…
- Porque es una trama urdida con pericia y oficio. Porque nos engancha desde las primeras líneas, impactantes, duras, sobrecogedoras. Porque nos arrastra en un ritmo trepidante en una cuenta contrarreloj en la que un hijo apenas llegado a la vida adulta se ve obligado a poner en cuestión su vida entera por salvar la de su padre.
- Porque el lenguaje se vuelve un personaje más. Porque el estilo nos traslada a la Edad Media sin convertirse en un estorbo. Porque cada palabra dibuja con precisión una escena, un paso más en la narración que serpentea entre personajes típicos de una época compleja mirados con la ternura de quien no pretende “pontificar” desde la literatura.
- Porque la novela ilumina una época muy oscura de la Historia en la que la Religión se convirtió en excusa y puñal para canalizar rencores y ambiciones. Porque mira de frente la tortura, la perversión, la dureza del fanatismo religioso encarnado en el Santo Oficio. Porque no pone paños calientes ni admite eximentes. Porque condena la estructura viciada y enferma de una institución nacida del miedo y la ignorancia. Porque los malos son malos y los buenos tratan de ser honestos consigo mismos
- Porque plantea conflictos que atormentan a cualquier joven. Porque a través de una historia llena de aventuras y hazañas coloca a los adolescentes ante la cruda realidad de la complejidad de los sentimientos y la fina línea de la conciencia y la rectitud. Porque presenta el amor como lo más alto y noble a que un joven puede aspirar. Y también como un sentimiento que puede nublar la razón y poner en peligro nuestra vida misma. Porque obliga al lector a preguntarse por su propia identidad y acompañar a Ginés y a Luis en su búsqueda de raíces, de certezas. Porque cuestiona lo que somos y lo que aparentamos lo que debemos hacer y lo que hacemos lo que sentimos y lo que pensamos. Porque nos arrastra, nos zarandea, porque nos entretiene y nos cuestiona.
[…] https://apalabrazos.wordpress.com/2013/10/31/por-que-leer-herejia-de-david-lozano/ […]
Me gustaMe gusta