“Me llamo Iván. Soy un gorila. No es tan sencillo como parece.” Así de contundente comienza este relato a medio camino entre la fábula y los clásicos, que habla de lo esencial así como sin darnos cuenta.
Katherine Applegate es una célebre autora norteamericana muy conocida por sus sagas de literatura juvenil y por su obra de ciencia ficción Animorphs. Con “El único e incomparable Iván” dio un salto al hacer de una historia real una metáfora del dolor, la soledad, la amistad y la esperanza. El Iván real vivió solo en una jaula diminuta de un centro comercial durante veintisiete años. Es famoso por sus pinturas que con frecuencia van firmadas con la huella de su pulgar.
La historia es tan sugerente que la compañía Disney ha puesto sus ojos en ella y ha anunciado versión cinematográfica que ya ha empezado a tomar forma.
La historia del gorila del Centro Comercial es uno de nuestros imprescindibles…
- Porque como reza la cita que encabeza la novela… “nunca es demasiado tarde para convertirnos en los que hubiéramos podido ser” (G. Eliot). Porque la soledad siempre se agrieta con el cariño. Porque un perro callejero, una elefanta inválida y una niña sensible pueden sacarte “literalmente” de tus dominios.
- Porque la voz del gorila Iván es sencilla y directa. Porque habla con colores. Pinta porque le hace sentir tranquilo, pinta para intentar imaginar mundos que aún no existen. Porque las palabras de Iván son las justas. “Los humanos derrochan palabras. Las lanzan como cáscaras de plátano y las dejan ahí para que se pudran…”
- Porque el dolor, la paciencia, el instinto de protección, el llanto y el consuelo forman parte de nuestras vidas y, aunque “con tiempo suficiente uno se acostumbra prácticamente a todo”, la esperanza es una puerta y afuera… cielo, hierba árbol, hormiga, palito, pájaro, tierra, nube, viento, flor, piedra, lluvia… y todo tuyo.