Hace doce años (o una docena) que Daniel Nesquens publicó con Anaya y con Elisa Arguilé un bestiario nada convencional (aunque muy convincente) que, como confiesa el autor, sigue dándole alegrías y está en el origen y el recuerdo de este nuevo libro.
Esta vez en lugar de bichos, de monstruos o engendros… son nombres. Hasta (casi) 50 nombres. Nombres de todo tipo y condición, sin ningún criterio. Sin orden ni concierto. ¿El único orden? El alfabético. Nombres mitológicos como Débora, Abel o Ifigenia; históricos como Ciro, Berta o Igor. Nombres hipocorísticos como Fina. Nombres propios como Daniel.
Un surtido, un compendio, un muestrario, una selección, una antología de nombres donde cabe (casi) todo: una carta a un rey mago apócrifo, un relato ventanero, una (o varias) crítica de cine, el origen de una canción, un santoral, las frases más famosas de un neurólogo austríaco, las virtudes del té o instrucciones para cuidar petunias. Humor, amor, terror y… un ilustrador. Y cine. Y libros y hasta poemas.
Un libro que se disfruta rato y rato…
- Porque es libre, libérrimo. Porque agarra el rábano por las hojas y saca conejos de la chistera, historias, anécdotas, cuentos y cuentas.
- Porque está lleno de juegos de palabras (espant-osos, espant-úrsidos), confusiones, trucos, tratos, retruécanos. Porque entre los nombres, como la (mala) hierba crece la Historia, la Geografía, la Etimología, y hasta la Ortografía.
- Porque la ilustración, ilustra. Y lustra. Saca brillo, color y sonrisas. Un ratón dormido en su rueda, una librera asomada a la ventana, un conejo con gafas leyendo a Benítez Reyes ¿o es una liebre? Un bosque o un laberinto.
- Porque es inteligente, complejo, atrevido (por arriesgado no por liberal) tan exuberante y tan denso (no por indigesto sino por sabroso) que cada nombre se paladea hasta deshacerse en otros veinte o treinta más. Un libro que no es una novela “con sus digresiones, su carga filosófica, sus alegorías y símbolos” pero es un gran libro. “Qué tonto eres Daniel, cada día me gustas más”
Publicado en Heraldo Escolar el 22 de marzo de 2017