- Porque nos enfrenta a lo más profundo de nuestros sentimientos. Porque se recrea en la ternura, el temor, la admiración, la dulzura y el dolor que se entrelazan en la relación de un padre y un hijo.
- Porque es pura vida. Porque en la historia sagrada, adaptada o no, recreada o revivida se encierra siempre la esencia de la vida, la pasión por el ser humano y su inmensa pequeñez.
- Porque la novela se hace salmo. Porque es un canto del hombre sorprendido ante el Misterio, asombrado, atrapado, atado como el cordero en el sacrificio pero atraído por la increíble dulzura de la misericordia del padre.
- Porque necesitamos poesía. Palabras hermosas que nos acaricien el alma, que no escondan el dolor pero que no renuncien a la vida. Porque no hay amor en la muerte pero sabemos que hay más, mucho más.