Cada minuto que paso contigo es un tiempo robado al tiempo que pasa. Cada minuto que paso contigo es un lazo con el futuro. Cada minuto que paso contigo es mi mejor manera de «perder el tiempo». Cada uno sabrá a quién referir estas palabras. Cada uno sabrá quién es merecedor en su vida de semejante declaración de amor. Yo tengo dos amores. Dos. Y los dos me devuelven el tiempo estirado por los cuatro costados hasta reventar las costuras. El tiempo es oro (es una cita, Begoña). El aforismo es tanto más cierto cuantos más años cumplidos tiene el retuiteador… (directamente proporcional decía mi viejo y excéntrico profesor de ciencias). Por eso mi tiempo va dejando de ser del latón brillante y sin valor de la juventud para, en un proceso de alquimia y corazón, transformarse en el preciado metal que hace a todos perder la cabeza. Para transformarse en lo más preciado de la vida. Lo más buscado. Lo que ha hecho naufragar a héroes y tejer y destejer colchas de cariño a los seres que esperan. Lo más anhelado. Lo más necesario… El SENTIDO.