Es intenso el debate acerca de lo que es y no es o parece o debería ser… la literatura juvenil. Libros para jóvenes, libros sobre jóvenes, libros escritos por jóvenes… Ana Alcolea ha respondido a esta polémica en algunos foros… pero sobre todo lo ha hecho con sus novelas… Desde la primera.
El medallón perdido es obviamente una novela para jóvenes. Pero también una novela que nos acerca al universo adolescente sin renunciar a una perspectiva adulta. Una obra madura (a pesar de ser la primera «novela») que no pontifica. Una novela de aventuras que no se queda ahí. Una novela de valores que no hace moralina. Una novela de aprendizaje que se puede extrapolar a cualquier momento de la vida…
Como educador a veces me dan ganas de «prescribir» novelas a los padres y a los profes y no a mis alumnos. Esta es una novela necesaria. Interesante y atrayente para los adolescentes, clarificadora y sincera para los adultos.
EMP debería ser una obligada lectura voluntaria…
- Porque muestra a los chavales qué es la literatura de entretenimiento, de aventuras, de viaje… sin renunciar a «algo más». Porque ES entretenida, porque los atrapa, porque los seduce…
- Porque abre la puerta a realidades lejanas sin prejuicios ni idealismo. Porque plantea temas, porque propone ideas, porque cuestiona realidades.
- Porque se mueve entre la candidez adolescente y el escepticismo adulto. Porque es capaz de hablar de amor entre jóvenes sin ser morbosa ni noña. Porque presenta las relaciones con la sencillez de lo auténtico.
- Porque lleva a otras cosas, a otros gustos. Porque nos pone delante la ópera, la comida, el dibujo, los paisajes. Porque nos enseña a apreciar la belleza… sin darnos cuenta.
- Porque todos deberíamos sucumbir a la ensoñación que produce una búsqueda, un medallón, de una frase como… «Yo tuve una casa en África».