Que Zaragoza es una ciudad que escribe no lo duda nadie (consulten, consulten la lista de autores aragoneses). Ahora, hoy, además, Zaragoza es una #ciudadquelee.
Me contaba hace un par de días Jorge Gonzalvo de Atrapavientos que estaban rebasados, agradecidos, borrachos de libros. La iniciativa era simple. Una invitación. Buscar, rebuscar, rescatar ese libro que alguna vez significó tanto para ti, envolverlo con mimo, escribir unas líneas explicando lo especial de la elección y entregarlo para que otro lector, uno nuevo, uno anónimo pudiera repetir el encuentro, la magia. A cambio, cómo no, tú te llevas otro, claro. Como lo han calificado los medios «el mayor amigo invisible de libros».
Apenas cerrada la caseta que ha albergado tantos y tantos libros que importan… llega la hora de hacer re-cuento. Casi 2000 zaragozanos han desafiado el frío y se han acercado a intercambiar un libro, no uno cualquiera, uno importante, uno cercano al corazón, uno muy suyo. Periodistas, escritores, deportistas, políticos, escritores y mucha mucha gente anónima para quien leer merece la pena, leer marca la diferencia, leer es IMPORTANTE.
En la página de librosqueimportan.org podéis ver algunos de los libros «intercambiados»… autores aragoneses, principitos, poesía y clásicos… Una selección libre y salvaje que no se sujeta a ninguna de las listas publicadas en estos últimos días del año por suplementos y expertos. Una selección de libros que forman un mosaico de una sociedad que lee y comparte, una sociedad que ofrece lo más preciado, lo que menos «cuesta», lo que más vale. Solo por eso vale la pena.
Además de mover y conmover a los lectores de esta #ciudadquelee la iniciativa de Atrapavientos ha conseguido visibilizar la lectura, los libros y a los lectores. Durante unos días hemos vivido el sueño de la relevancia. Los libros han ocupado portadas, secciones en los informativos, conversaciones y tiempo. Los libros han ocupado el espacio que les es propio. El lugar para el que fueron concebidos: el ágora, la plaza, la gente. Esta Navidad la ciudad tiene un motivo más para celebrar. Celebrar la capacidad de su gente para compartir lo importante, celebrar la pasión por la palabra, celebrar la fe inquebrantable en el poder transformador de los libros que nos construyen, nos reconstruyen y nos definen.
Ahora que quedan unas pocas horas para acabar el año y todos se apresuran a hacer balance…el de los lectores zaragozanos, el de los lectores, es simplemente «pásalo», sigue pasándolo, compartiéndolo, extendiéndolo. Haz que sea imprescindible, necesario. Pásalo. Que el virus de la lectura no se detenga. Pásalo.
Gracias de corazón.