El «héroe» de Carabanchel Alto, el niño Gafotas que nos hizo reír, enternecernos, llorar… ha vuelto. Un poco crecidito, sí. Algo más irritado tal vez. Pero igual de lúcido, agudo, inocente y locuaz.
Manolito Gafotas es un personaje que forma parte de la familia de muchos adultos, profesores, bibliotecarios… La primera razón para «dárselo a leer» a los jóvenes lectores sería: ¿y por qué no?
Hay muchas más… Es una novela que nuestros alumnos/hijos… deberían leer PORQUE…
- Porque hoy más que nunca es necesario el sentido del humor, la ironía, cierto desdén amable hacia una realidad que no nos trata bien. Porque la mirada de este «jovencito Manolo» nos ayuda a poner en su sitio las vicisitudes de nuestro tiempo.
- Porque la clase media ya ha soportado bastante. Porque está bien que alguien se atreva a ponerle voz (no panfletaria ni lastimera ni paternalista) a las familias obreras que luchan hasta el cabreo por salir adelante. Que sufren, que se angustian, que sobreviven. Pero que también ríen, toman la iniciativa, se van de cañas, cuentan historias a sus nietos o montan una empresa clandestina…
- Porque la literatura debe tener el poder de arrastrarnos a «su mundo», de «descentrarnos», de revelarnos verdades ocultas… bajo la mirada de un niño sin más (ni menos).
- Porque las palabras pueden ser un arma cargada de futuro sin necesidad de alejarse del lector, sin crear un muro de «elitismo» y soberbia, un léxico de la literatura. Porque expresiones como «mundo mundial» son ya de todos… mal que le pese a Manolito, perdón, Manolo.
- Porque nos habla un niño (ya no tanto) sin miedo al mundo de las adultos. Sin contemplaciones tampoco. Sin concesiones ni paños calientes. Porque desde lo concreto de un pre-adolescente en plena ebullición nos arrastra a lo general de una sociedad (y una ciudad) no demasiado vivible… pero nuestra.