La primera novela de Paula Figols explora el territorio de lo cotidiano. Puede parecer poca cosa. Pero no lo es. Lo cotidiano encierra la maravilla. En el transcurso de un año, en el tiempo de las estaciones… un manojo de seres humanos comunes –y por eso mismo extraordinarios- nos regalan lo más preciado que poseen… su vida, en la intimidad pública de la plaza.
Una novela construida enredando las voces, los sueños y los deseos de un puñado de personajes felizmente a la deriva. Un relato que empieza conmoviendo y termina en la leve caricia de la ternura en unas historias que uno hace suyas…
Una novela que todos deberíamos leer…
- Porque es necesaria más que nunca una LITERATURA DE LO COTIDIANO. Recuperar el ritmo lento de la vida real de las personas reales que viven, disfrutan, mienten, se engañan, esperan, confían…
- Porque es necesaria más que nunca una LITERATURA DE LA FELICIDAD. La de verdad. La que se esconde en los detalles. La que se encuentra en aceptar y exprimir la vida venga como venga.
- Porque es un regalo para el alma. Porque encierra una geografía del corazón que sana el dolor, reconcilia el fracaso, abre las puertas de lo esperado. Desde un realismo radicalmente utópico.
- Porque las voces construyen personajes que se hacen carne. Porque la verdad asoma en las palabras y los silencios. Porque las historias toman forma y se hacen parte de la experiencia del lector.
- Porque es una novela generosa, exuberante. Porque no se ahorra un verso, un fotograma, una escultura, un momento de belleza…
- Porque esperemos que Paula siga escribiendo y esta historia sea la primera de un montón de palabras nacidas para la ternura.
[…] (“¿Por qué leer ‘El refugio de las golondrinas?’”, artículo publicado en el blog aPALABRAzos el 2 de julio de 2014, por Pepe Trívez) […]
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