Lo reconozco. A mí también me cuesta leer poesía. Incluso me cuesta leérsela a los niños. Seguro que muchos de nosotros lo tenemos anotado como propósito de septiembre: leer(les) en voz alta y leer(les) poesía.
La revolución de las perdices nos lo pone un poco más fácil. Premio “Luna de aire” 2015 recoge en unos cientos de versos las peripecias de las más famosas perdices de la literatura universal. Sí sí esas que cansadas del “y comieron perdices” se rebelan contra todo y contra todos y se disponen a transformar los cuentos populares para evitar su trágico final. …se salvarán las perdices pero/ ¿qué pasará con los cuentos?… Caperucita, Cenicienta, Cabellos de Oro, los siete cabritillos y los tres cerditos, la Bella Durmiente y la Ratita Presumida, Hansel y Gretel y Pulgarcito… Todos andan preocupados, alterados, transformados ante las travesuras de estos pájaros rebeldes dispuestos a escribir su propia historia “Estamos ya de princesas/ desde el pico hasta la pata,/ que con tanto ser felices/ no hacen más que dar la lata”
Un libro que hay que leer(les) a los más pequeños…
- Porque es su lenguaje natural. Porque a los niños no les resulta difícil compartir el lenguaje, la música de la poesía. Porque canta, porque cuenta, porque los versos mecen las palabras y nos acunan.
- Porque es una revisión de los cuentos clásicos. Porque juega con lo conocido para hacer piruetas con la imaginación. Porque a cada rima da un salto mortal y nos arranca una sonrisa.
- Porque da voz a los personajes y, con ellos, a los lectores. Porque los hace “humanos” y cercanos al mundo imaginario del niño
- Porque nos recuerda el sonido de los cuentos, la voz de los abuelos, el canto de los juglares. Porque nos devuelve al mundo de los romances, de las historias de siempre, al placer de contar por contar.
Publicado en Heraldo Escolar el 14 de septiembre de 2016. Pincha la imagen para verla mejor...