QUE SE DEJE LEER. Que sea asequible sin ser fácil, que sea atrayente sin ser tópico, que sea inteligible, que sepa a quién se dirige. Durante un tiempo se creyó que la literatura infantil y juvenil era algo así como una literatura «rebajada», aguada, recortada, simplificada. Lectores, autores, editores y algunos profesores… se indignarían hoy con esa afirmación. El lector juvenil es muy exigente porque no responde a convenciones sociales. Si no le gusta lo que lee, lo dejará (¡bendito derecho del lector!). Pero no se puede olvidar su contexto, ni sus intereses, ni sus anhelos, ni su naturaleza. El escritor que no escribe para el adolescente que aún lleva dentro… fracasará. Siempre puede intentarlo con la literatura de adultos…
- QUE PERMITA APRENDER (a leer). Un joven que lee no es menos lector pero sí es un lector menos experimentado. La LIJ debería ser como los coches de autoescuela. Los autores deberían pisar el freno o el acelerador -o el embrague si nos ponemos complejos- cuando el lector aún no sepa cómo hacerlo.Dar pistas, indicaciones, pero sin olvidar que el que conduce es el lector. Incitar, animar, orientar…
- QUE SEA PUNTO DE PARTIDA, no llegada. Es cierto que basta con un libro que abra la puerta del disfrute para haber cumplido la función propia de la literatura. Un libro se basta a sí mismo. Pero si es puerta mejor. Si es puente aún mejor. Lecturas que llevan a otras lecturas. Libros que hablan de libros. Libros que señalan en nuevas direcciones. Libros que hacen lectores. Libros generosos que descubren de dónde vienen e indican a dónde van.
- QUE ESTÉ BIEN ESCRITO. Ya conté en otro lugar la anécdota PENNAC… Al menos que estén bien escritos. Los libros que ofrecemos a nuestros alumnos se convertirán en modelos de lengua para el futuro (modelos tanto más importantes cuanto mayor haya sido el impacto afectivo en ellos). Serán un referente. Un primer amor. Un mal primer amor conduce sin duda a cierta torpeza emocional. Un gran primer amor nos hace exigentes buscando siempre esa mirada, ese sentimiento, esas mariposas en el estómago.
- QUE TENGA VALORES. No se lo pediría a mi novela de playa, ni al best-seller del viaje en tren. No se lo exijo alos clásicos siquiera. Pero sí a los libros que ofrezco a mis alumnos. Baudelaire tiene su momento y su indiscutible lugar social. Pero reivindico desde la escuela el valor de lo bueno, lo bello, lo verdadero. También en la LIJ. Sin moralinas. Pero sin complejos.
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Medio decálogo para elegir LIteratura Juvenil
In REFLEXIÓN LIJ on noviembre 15, 2012 at 11:51 pm¿Qué vas a encontrar? Declaración de intenciones II
In REFLEXIÓN LIJ on noviembre 8, 2012 at 1:31 pmRecomendar un libro es un atrevimiento. Recomendar muchos una temeridad.
Con el valor que da la inconsciencia y el arrojo que presta la honestidad presentaré aquí un puñado de libros atendiendo a distintos criterios.
Por esa misma honestidad… intentaré explicar en qué me baso para elegirlos: Lee el resto de esta entrada »