De vez en cuando – más tarde que pronto- aparece uno de esos libros «juveniles» que se recomienda a los adultos. Una de esas novelas que recoge esa época terrible y esencial de todo ser humano que es la adolescencia.
Si a las buenas críticas, a las campañas de márquetin, y a una edición cuidadísima se le añade el paisaje de una ciudad como Nueva York, la comparación inevitable con un clásico del malditismo juvenil como El guardián entre el centeno y una cita/invitación del mismísimo J. D. Sallinger… el éxito parece asegurado.
El libro de Cameron no es un libro PARA adolescentes, ni una novela SOBRE adolescentes. El relato de Cameron es una metáfora, un símbolo, expresión de la adolescencia misma. Hoy que tanto se habla de LIJ, hoy que incluso económicamente los jóvenes y niños andan salvando mercados editoriales… se agradecen obras sinceras, honestas, auténticas como ésta. Novelas que no pretenden «dirigirse» a los jóvenes pero que escribiendo de sus angustias y esperanzas se hacen más cercanas que muchos de los experimentos comerciales que tienen un triunfo sólo eso: comercial.
Se la ha comparado, acertadamente, con El guardián entre el centeno. Dejando de lado el halo de malditismo, teorías de la conspiración y vínculos con el crimen… la novela de Sallinger es un ejemplo de clásico de la literatura que ha realizado el trayecto de ida y vuelta entre la literatura juvenil y la adulta. Lectura obligatoria en muchos institutos de EEUU, prohibida durante años en otros estados del mismo país, admirada en todo el mundo, citada, glosada, plagiada incluso…
ADEDTSU retoma el espíritu del clásico y nos regala escenas de amarga belleza, una descarnada realidad que nos desnuda y nos enfrenta con el monstruo que cada ser humano lleva dentro.
La ansiedad melancólica propia de los adolescentes, la tristeza, la abulia, el odio irracional, el malestar…
Dulce a veces… con el regusto extraño del veneno.
La perplejidad del adolescente que mira por primera vez… la vida, el sexo, la violencia.
ADEDTSU es la historia de un joven inadaptado. ¿Al sistema, a su edad, a las expectativas? Inadaptado. Como tantos. Como todos. La adolescencia es la narración del inadaptado que todos llevamos dentro. Casi todos acabamos arrinconándolo y socializándolo… renunciando a las dudas (no hay nada peor que renunciar a la duda, nada tan paralizante, nada tan estéril). Acabamos por pactar con el adulto consciente de su lugar en el mundo y seguro de sí mismo pagando el peaje de perder de vista para siempre al joven ilusionado y algo amargado con un día fuimos. ADEDTSU nos pretende reconciliarnos con ese etapa convulsa de nuestras vidas. Más bien, nos arroja a la cara sus contradicciones (que aún son las nuestras), sus dolores (que aún permanecen, sordos) y sus esperanzas torpes pero llenas de la perplejidad que otorga verlo todo por primera vez.
Y nos recuerda que la vida puede ser como ese campamento al que envían a James donde… “supuestamente reforman a adolescentes con graves trastornos mediante los milagros del duro trabajo físico y las glorias de la naturaleza. Incluso el lema del campamento Zephyr era siniestro: «Sé paciente y resiste: algún día este dolor te será útil».”. O no.
Tengo este libro en casa desde hace unos meses, y aún no he encontrado el momento de leerlo (el máster, la tesina… me tienen muy atareada). Me atrajo el título, la edición. Pero ahora que tú le dedicas unas palabras, sé que me gustará.
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