
Una novela (una creación) colectiva siempre es una apuesta arriesgada. La literatura casi se define por ser un oficio solitario que necesita de la soledad y hasta del aislamiento en ocasiones. Una novela a ocho manos no es solo que sea osado es que tiene tanto(s) riesgo(s) como pasear al borde de un acantilado… ¿Cómo empastar cuatro estilos (tan definidos, por cierto)? ¿Cómo hacer que las voces (y los ecos) de los personajes sean verosímiles y dialoguen entre sí con fluidez y honestidad? ¿Cómo construir una historia que no se quede en un perspectivismo que suma visiones sin interactuar? ¿Cómo hacer que las relaciones -el eje fundamental de esta novela y de su proceso creativo- sean auténticas, verosímiles, “reales”?
Estos cuatro escritores con una trayectoria de largo recorrido y un estilo (cada uno) claramente reconocible… han sido capaces de armar una historia llena de capas y lecturas que ahondan en la adolescencia revelando la complejidad de un relato y de la vida misma.
Erik, Allegra, Nil y Ras. Cuatro jóvenes que se encuentran en el Benidorm Fest. Cuatro historias que tal vez nunca se hubieran contado juntas. Cuatro protagonistas que coinciden en un punto al que llegan con sus propias inquietudes, angustias, frustraciones, miedos, luchas. La vida en un instante. Una pistola. Un concierto. Cuatro amigos que conectan sus miradas desde la distancia.