Cientos de ventanas, miles de puertas, un par de llaves.
Pomelo y Limón es mucho más que una novela. Mucho más que una campaña publicitaria. Mucho más que un ejercicio titánico de ingeniería literaria. Pomelo y Limón es una declaración de amor. Y una profesión de fe. Begoña Oro ha demostrado que su enciclopédico saber del mundo de la literatura juvenil no se limita a sus conocidas habilidades para motivar la lectura, para diseñar planes, para editar, elegir, acertar… Ha dado el salto. Sin red. Y el salto ha terminado en una pirueta.
Con esta novela Begoña ha dado cuerpo al alma de su trabajo. Desde el convencimiento de que la lectura es capaz de cambiar el mundo. Desde la humildad de quien sabe beber de todas las fuentes. Desde la pasión de quien no puede evitar poner el corazón en lo que piensa…Begoña ha imaginado una historia que extiende sus bazos hacia los lectores más difíciles, los más exigentes, los más jóvenes.
Una historia de amor. Una apuesta arriesgada en tiempos de vampiros y magos. Una historia real, mejor aún, verdadera. Un atrevimiento en días de realidad virtual y de sueños en 3D. Jorge y María nos invitan a asomarnos a una intimidad guardada celosamente. María y Jorge nos recuerdan el privilegio de contemplar los sentimientos ajenos y hacerlos propios. Nos dejan sin aliento en cada beso. Nos aceleran el pulso en cada mirada, en cada pensamiento. Nos devuelven a una adolescencia (más que perdida) olvidada en los posos del corazón. Nos regalan su historia más privada, la que ningún «medio» puede hacer pública. Y lo hacen de la mejor manera posible. Con sus palabras. «Uno no puede elegir lo que le sucede pero sí puede elegir cómo contarlo».
Begoña abre cientos de ventanas a los nuevos lectores. Desempaña los cristales de las «redes sociales» y nos permite asomarnos con honestidad a las vidas soñadas de facebook. Sube y baja las persianas de los adolescentes re-inventando sus códigos. Se asoma al escaparate frívolo de los programas del corazón. Y se sumerge en las profundidades de los sentimientos con la nariz pegada al ojo de buey de un blog mantenido oculto durante tanto tiempo (como el de la misma autora).
La novela, cumpliendo con todas las expectativas, abre miles de puertas a cualquier lector que se atreva a cruzar el umbral: Música, cultura, libros de caballerías, Historia Sagrada, El principito, Escarlata Ohara… se pasean por las páginas de un libro urdido con la paciencia del artesano y con la precisión del científico (de casta le viene…). Pomelo y limón representa como ninguna otra novela juvenil del momento la idea de que un buen libro es aquel que te lleva no sólo a otros mundos, sino también a otros libros.
Y finalmente, y casi como un regalo, Begoña nos ofrece un par de claves (llaves) para reflexionar u organizar, o tal vez solamente para custodiar las cosas que sí importan (de las que por cierto está llena esta novela). Mantener en privado lo que debe cuidarse, lo que solo nos pertenece solo a nosotros y a los que nos aman. Y aprender a contar, a contarnos, nuestra historia como forma para entender lo que nos ocurre, como higiene mental, como ejercicio, como liberación y como explicación. Un par de llaves para ser feliz. Y para aprender a querer.
aPALABRAzos 