Abandonar la escuela primaria, comenzar una nueva vida en el instituto, crecer… es siempre una tarea enormemente complicada. Ellie es apenas una niña que conserva en su mirada toda la curiosidad de la infancia y guarda en su corazón todo el miedo al futuro de quien (aún) no encuentra su sitio. El doctor Sagarsky, su abuelo, es un investigador jubilado que ha descubierto el secreto de la eterna juventud…
Jennifer L. Holm es una premiada escritora norteamericana que creció rodeada de hombres y mujeres de “ciencia” que le hicieron mirar el mundo con sorpresa y construir historias con corazón. En esta ocasión teje una aventura entre la fantasía y el humor. Una alocada historia en la que un abuelo transformado en adolescente trata de conservar la vida recuperada (y la milagrosa sustancia que se lo ha permitido) junto a una nieta que reflexiona acerca de su propia actitud en el mundo.
Una novela de amor y humor, de ciencia y técnica, con mucho arte, que debes leer…
- Porque escribir sobre “ciencia” para jóvenes es todo un “arte”. Porque hacer que la historia de los descubrimientos científicos sea apasionante es a veces tan sencillo como contarla. Porque Marie Curie, Salk, Oppenheimer, Galileo pueden ser ¿por qué no? personajes de novela.
- Porque es una novela sobre el tiempo. Sobre el paso del tiempo. Sobre la necesidad de aceptar el presente como fruto del pasado. Sobre la importancia de creer que el futuro es ahora, que la vida ha de vivirse a tragos y que no puede detenerse.
Porque es una hermosa historia de amor entre nieta y abuelo (aunque el abuelo no lo parezca). - Porque nos recuerda que en el amor no hay “expertos” y la experiencia no siempre “es un grado”. Porque (los adultos) crecemos cuando aceptamos que un niño puede cuestionar nuestro mundo. Porque (los jóvenes) crecen cuando nos miran y nos ven: apasionados, contradictorios, contrariados y felices.
Publicado en Heraldo Escolar el 15 de noviembre de 2017